Por Gabriel Eiriz
Luis Miguel Majul, se jacta de ser un periodista independiente pero las sostenidas operaciones contra el kirchnerismo y a favor del macrismo muestran la otra cara de la moneda. Como trabajador de prensa, señala a medios y colegas y los acusa con su dedo inquisidor de ser operadores de Cristina Kirchner y lo que es peor, busca instalar en la opinión pública que hay una deliberada maniobra orientada a «enrarecer el clima político» mediante el uso de la desaparición forzada de Santiago Maldonado con el fin de desestabilizar al gobierno.
Dice Majul en su columna de hoy en La Nación: «La ex presidenta Cristina Kirchner y uno de sus principales operadores, Horacio Verbitsky, parecen estar trabajando a destajo para generar un creciente enrarecimiento del clima político».
«Cristina Kirchner y Horacio Verbitsky aprovechan a Maldonado para generar un clima político enrarecido»
Es curioso que un personaje que recibe millones de pesos, -según él y la justicia adicta al macrismo en forma lícita-, dedique todos sus espacios en los medios para apuntalar a Cambiemos y destruir al kirchnerismo. Además, hace todo tipo de denuncias, mayormente infundadas, contra exfuncionarios, simpatizantes y militantes políticos identificados con un proyecto nacional y popular. ¿Independiente de qué?.
Luis Miguel Majul logró multiplicar sus ingresos en el año 2016 gracias a los generosos aportes del gobierno de Mauricio Macri. Además de los $24 millones que le facturó a la Ciudad, el periodista sumó casi $650 mil más por publicidad en los sitios www.hipercritico.com y www.luismajul.com que entre los dos suman 433 visitas diarias.
El cuadro que se exhibe arriba es la prueba más cabal acerca de los motivos por los que Majul insiste en esmerilar la carrera de Cristina hacia el Senado Nacional. El pretendido periodista se comporta como un mercenario y ataca a quienes desde un lugar genuino sostienen una posición política e ideológica a cambio de nada. Tal es el caso de este portal al que Majul atacó deliberadamente desde su programa La Cornisa, «Portal de Noticias es una página trucha K que acciona para la micromilitancia», solo por haber dado cuenta del mal momento que pasó el periodista Daniel Malnatti, cuando fue increpado por un personaje desconocido en Plaza de Mayo.
Pero Majul insiste en su ataque a la exmandataria y al periodista Horacio Verbitsky. Según el conductor «el descarado aprovechamiento político de esta situación (la desaparición de Maldonado), el reclamo de desplazar a la Gendarmería del futuro escrutinio, la escandalosa ausencia de la ex jefa de Estado durante el traspaso de mando y la comparación del gobierno de Mauricio Macri con una dictadura son solo algunas de las señales que revelan el oscuro propósito».
La verdad es que el reclamo por Santiago Maldonado tiene que ver con la no aceptación de nuevos desaparecidos en democracia, justamente por eso nadie en su sano juicio puede pensar que el gobierno de Cambiemos es una dictadura, acaso se lo puede tildar de autoritario, totalitario y represor, pero por ahora, no de dictadura. El pedido de desplazamiento de la Gendarmería en la logística del futuro escrutinio está directamente ligado a los manejos espurios que ha demostrado en las últimas semanas y ante el vergonzoso encubrimiento que se observa de parte del Gobierno Nacional evidencia una connivencia peligrosa de cara a las elecciones de octubre.
Sin embargo, Majul va más allá y de manera soslayada protege y encubre a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y su inaceptable accionar ante la causa Maldonado y califica «como un error de la ministra Patricia Bullrich» haber casi clausurado la posibilidad de que algunos de los agentes de Gendarmería estuvieran involucrados en una posible detención, secuestro y posterior asesinato y desaparición del tatuador».
Si cabe alguna duda, ante las cuantiosas sumas de dinero que recibió Luis Miguel Majul y sus empresas por producciones audiovisuales, publicidad, contenidos y otras yerbas, se estima que superan los 25 millones de pesos, se evidencia que sus acusaciones responden más a una conducta mercenaria que al genuino ejercicio del periodismo.
