Aníbal Fernández
Graciana Peñafort, Aníbal Fernández, Carlos Caramello y Leopoldo Moreau.

Fue un encuentro a puro peronismo, con salpicré radical -pero de los buenos-. El auditorio Caras y Caretas de la UMET se llenó de rostros conocidos y otros no tanto, pero en todos los casos con la misma vocación. Fueron a escuchar la palabra de uno de los hombres más verborrágicos de la política y que según lo definió Graciana Peñafort, «generoso como pocos; el primero al que una llama cuando necesita un consejo o ayuda de cualquier tipo». La excusa: la presentación de su último libro «Los Profetas del Odio», escrito junto a Carlos Caramello, su eterno compañero de aventuras literarias.

Aníbal Fernández convoca multitudes, por momentos se lo ve como un rockstar que no para de firmar autógrafos. Es quizá, como pocos, un hombre tan amado como odiado. Parecido a Perón, o Néstor y hasta Cristina. En todos los casos ensuciados por las clases dominantes, y los medios de comunicación que controlan como a los personajes que describe en su última entrega.

La mesa en el escenario tenía cuatro sillas vacías, pronto llegarían sus ocupantes. Los convocados para contar de qué va el libro fueron: la abogada, Graciana Peñafort, el líder del movimiento nacional alfonsinista, Leopoldo Moreau, y claro, la pareja de autores, Carlos Caramello y Aníbal Fernández.


«Demos la pelea, no aceptemos que estos tipos se arrebaten el beneficio y el respeto de nuestra gente», Fernández.


En las primeras butacas se podía reconocer figuras como Hebe de Bonafini, Carlos Tomada, Liliana Mazure, Víctor Santamaría, Lenadro Santoro; los periodistas Dante Palma, Orlando Barone, Eduardo Aliverti y Alejandro Apo, entre otras tantas personalidades que se perdían en la multitud que llenaba la sala.

Aplausos mediante y con Fernández ocupando el centro del escenario cada uno de los convocados realizó una extensa descripción del libro en cuestión. Peñafort y Moreau no escatimaron en elogios y coincidieron en la reseña. En ambos casos, se escucharon definiciones coincidentes con el encargado de prologar la obra, el ex juez de la Corte Suprema de Justicia, Raúl Zafaronni.

«Los Profetas del Odio» es una versión actualizada de la obra publicada por del pensador, escritor y político argentino, Don Arturo Jauretche. Es una versión contemporánea que describe personajes menos gruesos que en la versión original, y mezcla la retórica del hombre de Forja, con el estilo inconfundible de Aníbal Fernández.

Según explicó Caramello, “la Argentina es uno de los pocos países en los que aun hay lucha de clases” y agregó «la obra se remonta a los orígenes de la grieta, allá por el 25 de mayo de 1810 y a partir de allí vamos viendo cómo cierto sectores sociales fueron construyendo un odio progresivo a quienes no consideran sus iguales”. consideró.

«Nuestro país está en manos de improvisados y chorros»

Luego que cada uno hizo su parte, Aníbal ocupó el atril principal y previo repaso de toda su bibliografía, le entró de lleno a su discurso. Contó como se llegó a esta publicación, pero por sobre todas las cosas se abocó a realizar una crónica de la actualidad política, social y económica de la Argentina. Las tropelías del gobierno, los atropellos contra el pueblo en su conjunto y la figura de Macri fueron el eje central de su discurso -interrumpido sistemáticamente por el aplauso del público-, así concatenó presente con pasado y entrelazó las barbaridades que vemos hoy en la política, con situaciones semejantes, pero sucedidas 200 años atrás.

«Ya desde muy joven definí que viviría para la política, y vivo para la política, no de la política. Porque soy un peronista convencido y me siento un defensor de las causas populares», sostuvo en el inicio de su exposición que se extendió durante media hora.

«Nosotros -por él y Caramello- decíamos en los otros libros que nos habíamos propuesto recomponer el contrato social, que era un contrato verbal, pero así… se hace imposible», sostuvo en visible tono exaltado. «Resulta que en el medio del camino ‘la grieta’, la hacemos nosotros», refirió Fernández y se preguntó ¿dónde arrancan esas divisiones que ellos llaman grieta; agraviando siempre al pueblo, no el pueblo representado en el movimiento nacional peronista o cualquiera de los partidos populares agraviando al resto»

En este punto, el autor inició un repaso histórico orientado a explicar y entender que estas divisiones nacen en los albores de la patria, desde el mismo momento en se empezaron a escribir los libros de nuestra propia historia.

«Dejaron solo a Belgrano, lo hizo Juan Martín de Pueyrredón, entonces gobernador de la provincia de Córdoba. Lo dejaron solo a San Martin, y fue el mismo Pueyrredón – y aclaró – pariente de Patricia Bullrich, los Cantilo y los Luro; que para entonces era director Supremo de las Provincias Unidas del Río de La Plata». Así, Fernández se propuso explicar que la grieta siempre la forjaron las élites del país, las de hace 200 años y las de ahora, que son casualmente las mismas, pero encarnadas en sus herederos.

«Lo fusilaron a Dorrego -continuó- con el incentivo de muchos intelectuales de la época, uno de ellos Salvador María Del Carril, que después será vicepresidente de Urquiza. Mataron a Juan Facundo Quiroga. Recibieron ayuda de los ingleses y ejércitos de portugueses para derrocarlo a Rosas en Caseros», recordó. «Fundaron un diario -La Nación- en enero de 1870 para dividir a los argentinos», que graficó con algunas portadas que habían llevado los otros presentadores para ayudarse a explicar el libro.

De este modo, Fernández continuó relatando distintos hechos históricos que pasaron por la conquista del desierto, la zanja de Alsina y un sin fin de episodios que muestran a las claras que las divisiones entre ricos y pobres, existieron siempre igual que los «civilizados», siempre quisieron separarse de los «bárbaros». Un poco por ahí transita «Los Profetas del Odio», La obra atraviesa la historia argentina y sus divisiones, hasta llegar a la famosa grieta de Lanata, que es transversal a la sociedad contemporánea.

Finalmente, ya metido en un discurso claramente político -si es que no lo fue desde el comienzo-, aseguró que “hoy nos toca defender a la gente ante este gobierno”. “Voltearon 83 mil pensiones antes de las elecciones, imagínense lo que pueden hacer después”, remarcó y citó a Don Jauretche, quien valiéndose del Martín Fierro sostuvo alguna vez ‘Las armas son necesarias, Pero naides sabe cuándo; Ansina, si andás pasiando y de noche sobre todo, debes llevarlo de modo que al salir, salga cortando’ y bregó por que «nuestras palabras sean eso, que podamos multiplicarnos para que duela y corte, que al salir salga cortando, para que realmente sientan que nuestro país está en manos de improvisados y chorros», exclamó y pidió decirlo con todas las letras. «Demos la pelea, no aceptemos que estos tipos se arrebaten el beneficio y el respeto de nuestra gente.


“Discutir a Cristina hoy, es como discutir a Perón”


«Nosotros estamos orgullosos de nuestro libro, como estamos orgullosos de nuestro pueblo», gritó sobre el final y reclamó volver por el gobierno, «es Cristina la que nos va a dar la oportunidad de transformar a la Argentina. Esa es la oportunidad que tenemos por delante», exclamó y exigió «no quedarse quietos y dar la pelea todos los días».

Que así sea compañero Aníbal. Que así sea!!!!!!

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1 Comentario

  1. Han logrado reunir en un auditorio una enorme cantidad de delincuentes. Felicitaciones.

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