El panorama para Macri no podría haber sido más sombrío. Llegó veinte minutos pasadas las once de la mañana al Congreso Nacional en medio de una gran protesta de docentes, manifestantes, científicos que acamparon en la Plaza de los dos Congresos y referentes de organizaciones sociales que reclamaban se cumpla con la ley de emergencia social. En su peor momento desde que asumió, Macri brindó su segundo discurso ante la Asamblea Legislativa y lo hizo con chicanas, mentiras y un claro tono electoralista.

El presidente no le habló a los legisladores, como se supone debe ser el discurso inaugural del nuevo período parlamentario, lo hizo al núcleo duro que lo votó, que en los últimos meses fue perdiendo, lenta pero paulatinamente, confianza en su gestión y su transparencia.

 

Dedicó buena parte del tiempo a fustigar a la oposición, recordando cuestiones vinculadas a la corrupción kirchnerista, pero omitiendo completamente las causas que pesan sobre sus espaldas.

En más de una oportunidad, la vicepresidenta, Gabriela Michetti debió pedir silencio a los legisladores que, sorprendidos por las barbaridades vertidas durante la intervención del Jefe de Estado, lo abuchearon o le recordaron los turbios negocios de su familia. El caso de los Panamá Papers, la condonación de una deuda millonaria a la empresa de su familia que controlaba el Correo Argentino y el escándalo con Avianca, aerolínea donde su familia es accionista y que recibió la totalidad de las rutas aéreas que solicitó en detrimento de la línea de bandera, no formaron parte de la intervención del mandatario.

En ese marco, triste pero cierto, Macri abrió esta mañana la 135 sesiones ordinarias del Congreso Nacional, donde se refirió a lo que él considera «logros alcanzados» durante su gestión.

No bajó números duros, ni realizó anuncios concretos, tampoco dio precisiones sobre el rumbo de la economía. El discurso de apertura, concentró una cantidad inusitada de falacias que muestran una realidad que no pertenece a la Argentina.

Según Mauricio Macri «la Argentina se está poniendo de pie» y este año «va a empezar a crecer», y convocó a «ratificar la convicción por el cambio» frente a quienes «quieren desanimarnos y ni siquiera hacen autocrítica» sobre sus responsabilidades en el pasado.

El Presidente destacó que el país ya ha superado la etapa más difícil de la transición y comenzó a avanzar hacia «nuestro desafío más grande, que es sacar a millones de argentinos de la pobreza y ocuparnos de los más vulnerables».

El Jefe del Estado se pronunció en esos términos esta mañana en su mensaje ante los diputados y senadores reunidos en la Asamblea Legislativa para dejar inaugurado el 135 período de sesiones ordinarias del Congreso.

En medio de un escándalo que la televisión buscó tapar apuntando las cámaras hacia rincones del recinto donde se encontraban los legisladores afines al gobierno, Macri pidió a los argentinos que «no aflojemos» frente a «los que se resisten, ponen palos en la rueda y no quieren que las cosas cambien», y afirmó que «estamos construyendo un país sostenible para el futuro, sin atajos y sin mentiras».

Afirmó que el Gobierno «enfrentó» a la inflación, que hoy «está en un claro camino descendente», al tiempo que «la obra pública dejó de ser sinónimo de corrupción».

Anticipó también que «en los próximos días publicaremos dos decretos sobre juicios y contrataciones para la gestión de los conflictos de intereses».

Explicó que ello se ajusta al pedido que hizo a la Oficina Anticorrupción para que «cree un mecanismo para separar mi actuación ante cualquier suspicacia frente a un potencial conflicto de intereses».

«Quiero que todo sea transparente y abierto, que nadie dude de las decisiones que tomo, porque soy el Presidente de todos y mi deber ético es defender el interés público y el patrimonio del Estado», afirmó Macri, pero nada dijo de los negocios que su familia y empresarios amigos viene haciendo desde el comienzo de su administración.

Confirmó, además, la decisión de promover este año en el Congreso la discusión de «una reforma tributaria seria y profunda para dejar de aplastar a quienes crean y tener un sistema más equitativo, progresivo y simplificado».

«Por primera vez en mucho tiempo hay un Gobierno que trabaja en serio para cuidar a todos, especialmente a quienes viven preocupados por la inseguridad, la falta de oportunidades o el futuro de sus hijos y que por eso no pueden disfrutar de lo más importante que tenemos los seres humanos: los afectos», dijo Macri sin ponerse colorado.

Subrayó que «los sentimientos y las emociones son lo más real que tenemos, y de eso está hecho un país», porque «una sociedad es una inmensa red afecttiva», pero advirtíó que «no podemos vivir con las emociones que nos hacen ser lo que somos si no podemos pagar las cuentas o poner comida en la mesa».

Por eso «estamos dando todos los días pasos en la dirección del país que nos debemos y merecemos», agregó y destacó que «tenemos que ser la generación que se anime a cambiar la Argentina, que sea capaz de mirar al siglo XXI y proyectar una Argentina democrática, integrada, justa y progresista».

«Me emociona el apoyo de millones de personas que sienten que es posible. Hablé con muchos, me contaron sus preocupaciones, sus sueños y sus aspiraciones. Me pidieron ayuda y a veces me criticaron, lo que es comprensible y legítimo, porque soy el Presidente de todos y así es la democracia», aseveró.

«Pero el mensaje que más escuché fue el más sencillo. Me dijeron una y otra vez, no aflojes Mauricio, y ahora yo les digo. No aflojemos.

El Presidente pronunció un discurso de una hora de duración ante los legisladores en el marco de una ceremonia que también contó con la presencia de ministros, gobernadores, miembros de la Suprema Corte de Justicia, jefes de las Fuerzas Armadas y representantes de la Iglesia y del cuerpo diplomático, entre otras autoridades invitadas.

Macri estuvo acompañado en el sitial de la Presidencia por la vicepresidente Gabriela Michetti, en su carácter de titular de la Asamblea Legislativa, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

El Jefe del Estado sostuvo que para poder avanzar en la lucha contra la pobreza «necesitamos más acuerdos y más realidades, menos exaltación y menos símbolos, menos relato y más verdad».

Dijo que «hay que acabar con el enfrentamiento que nos ha estancado y dar paso a una cultura de diálogo, de comprensión, de trabajo y entusiasmo».

«A algunos les parecerá menos épico que la retórica de las grandes batallas, pero no asumimos la Presidencia para que nos hagan un monumento. Estamos acá para construir una Argentina donde cada persona pueda proyectar la vida que espera», dijo el Presidente.

Macri señaló que ya «pasaron 12 meses en los que trabajamos para revertir» la situación en que se encontraba el país y «poner en marcha un plan de Gobierno integral» que tiene tres desafíos esenciales: «pobreza cero, combatir al narcotráfico y unir a los argentinos».

Recordó que «pese a los miedos que muchos querían imponer, mantuvimos, ampliamos y fortalecimos derechos sociales, principalmente en jubilaciones, asignaciones familiares y tarifas sociales».

«Hicimos realidad derechos que antes se quedaban en el papel y creamos nuevos derechos como la Pensión Universal para Adultos Mayores», agregó.

Apuntó que «con casi nueve millones de asignaciones familiares, alcanzamos el valor más alto de cobertura de este régimen, más un millón y medio de chicos que comenzaron a recibir asignaciones familiares o por hijo».

«Y no esperamos que vengan a las oficinas de Anses, fuimos por el país a buscar chicos que no tenían DNI. La mejor forma de igualar oportunidades es llevar el Estado donde antes no llegaba. Sin clientelismos ni punteros», indicó.

Destacó que con ese objetivo «implementamos El Estado en tu Barrio» para llevar adelante «operativos en los lugares más vulnerables donde se puede tramitar el DNI, la AUH, vacunar a los hijos y asesorarse sobre empleo, tarifas sociales y otros servicios».

Sostuvo que «la presencia del Estado también se traduce en obras de infraestructura social», porque «no podemos permitir que en un país como el nuestro haya 12 millones de personas viviendo en villas y barrios precarios, sin agua ni servicios básicos».

Anticipó que «este año vamos a mejorar la situación de más de 480.000 familias, urbanizando 381 asentamientos informales con agua potable, cloacas, veredas iluminadas y espacios públicos de calidad».

Subrayó que «estamos terminando obras de agua y cloacas en las 100 localidades más vulnerables, la mayoría en provincias del Plan Belgrano».

Dijo que «creamos la Cobertura Universal de Salud para que estén protegidos» los 15 millones de argentinos que hoy no tienen obra social ni prepaga».

Y recordó que «el año pasado fortalecimos a las obras sociales sindicales, reconociendo una deuda histórica que reclamaban y haciendo reformas para servir mejor a sus afiliados».

Además, destacó que «lanzaremos en los próximos días el Plan Nacional para personas con Discapacidad».

Recordó también que «el año pasado avanzamos juntos en una medida indispensable para cuidar a nuestros abuelos», como la «reparación histórica», que puso fin a una «estafa de décadas» y que permitió que «casi un millón de jubilados ahora tengan sus jubilaciones corregidas».

Macri ratificó la decisión del Gobierno de «llevar adelante una revolución educativa».

Anticipó que «en pocos días lanzaremos el programa Asistiré para detener la deserción y salir a buscar a quienes abandonaron la escuela», y afirmó que «nazcan donde nazcan, los chicos tienen que tener las mismas oportunidades».

En ese marco, puso de relieve la tarea de los docentes, que «tienen un papel clave» y que «tienen que poder realizarse en sus vocaciones y tener un sueldo digno».

«Para cuidar a los docentes les pido que sancionen el proyecto que agrava las penas a quienes los atacan», señaló tras recordar los casos de maestras que fueron agredidas en cumplimiento de su labor.

Macri sostuvo que «en 2017 la economía va a crecer» y aseguró que «estamos trabajando en las cuestiones de fondo para que sea el comienzo de un período de crecimiento sostenido, año a año».

Afirmó que este Gobierno tomó la decisión de «enfrentar» a la inflación, que «los gobiernos anteriores fomentaron y quisieron esconder».

«Hoy está en un claro camino descendente. El Banco Central cumplió con sus metas: en el segundo semestre la inflación fue de 8,9%, la más baja anualizada desde 2008», remarcó,

Agregó que «la tendencia es clara» y consideró que «empresarios y trabajadores deberían tomar en cuenta esta tendencia y la meta de inflación de entre 12% y 17% del Banco Central para 2017».

Apuntó luego que «entre 2015 y 2016 redujimos el déficit fiscal de 5,2% a 4,6% del PBI» y subrayó que «después de años de manipulación, sancionamos un presupuesto calculado sobre datos reales».

«Para 2017, nos comprometemos a cumplir con la meta de 4,2% de ese presupuesto, y las metas para 2018 y 2019 son de 3,2% y 2,2%», enumeró.

En ese sentido, señaló que «un claro ejemplo de que la confianza aumenta es el éxito del sinceramiento fiscal», sobre lo cual apuntó que «al 31 de enero logramos una recaudación de casi 115 mil millones de pesos, lo que nos permite hacer frente a la reparación histórica para los jubilados».

Dijo que «Argentina tiene grandes oportunidades en distintos sectores», entre los cuales mencionó a la agroindustria, el turismo, la minería y los sectores industriales y de servicios

Sostuvo que el Gobierno promovió leyes e iniciativas tendientes a apuntalar y a promover esos sectores dialogando con empresarios y trabajadores, «como el Plan Nacional de Turismo y la Ley Autopartista».

Señaló que «necesitamos una ley de emprendedores para que quienes tengan una idea y quieran lanzar su proyecto puedan hacerlo fácilmente», como «la Ley PyME, que generó alivio fiscal, fomento a inversiones, menos retenciones y más crédito».

Dijo que «para que Argentina se convierta en un polo tecnológico, enviaremos una modificación a la Ley de Protección de Datos Personales», que permitirá que «más empresas puedan radicarse y generar trabajo».

Afirmó que «la competitividad no se consigue con una devaluación, ni a costa de los trabajadores», sino que «la conseguimos juntos, desatando trabas, en un camino largo pero duradero».

Señaló que «el acuerdo de Vaca Muerta nos muestra el camino» a partir de que «empresarios, trabajadores, gobierno de Neuquén y nacional logramos generar una oportunidad para el futuro de los neuquinos y de todo el país, y ya vemos anuncios concretos de nuevas inversiones».

Macri sostuvo que «las obras generan trabajo y ponen al país en movimiento» y dijo que «en cuatro años esperamos construir 2.800 kilómetros de autopistas: 1.100 ya están en construcción».

«Y a fin de este año vamos a tener 25.000 kilómetros de rutas en construcción en todo el país, algo inédito en nuestra historia», afirmó, mientras desde los escaños se reían de semejante promesa que recordaba a los «10 kilómetros de subte que prometió construir cada año en la Ciudad de Buenos Aires»

Agregó que «el Plan Ferroviario de Cargas incluye la renovación de 1.600 kilómetros de vías del Belgrano Cargas que tanto esperaron los productores salteños, jujeños y de otras provincias».

Dijo que también se están modernizando los aeropuertos para mejorar la seguridad, la capacidad exportadora, duplicar el tráfico aéreo y «generar miles de puestos de trabajo gracias al turismo».

Aseveró que «después de una década de despilfarro y corrupción, empezamos a normalizar el sector energético para que familias, comercios y fábricas tengan energía cuando la necesitan», momento en que estallaron silbidos y abucheos desde las bancas kirchneristas.

«En este proceso no dejamos a nadie atrás: más de cuatro millones de usuarios acceden a las tarifas sociales de energía; casi 1 de cada 3 hogares», apuntó.

Respecto del problema de la inseguridad, el Presidente destacó la necesidad de «dar un debate serio sobre un nuevo Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil» y ratificó la decisión de trabajar «para recuperar el control del territorio que el Estado fue perdiendo».

«Más presencia y mejoras urbanas son fundamentales para prevenir la instalación de redes criminales», indicó.

El Jefe del Estado hizo un reconocimiento al Congreso, que «acompañó estos esfuerzos con la sanción de leyes como la de flagrancia, que logra sanciones en 48 horas para terminar con la llamada puerta giratoria».

Previno que «hacia adelante tendremos que debatir proyectos como la ley contra el paco, la reforma del código procesal penal, la de extinción de dominio de los bienes de los narco-criminales y la reforma del sistema penitenciario».

Además, afirmó que se está avanzando con el plan Justicia 2020, que busca lograr una reforma integral del sistema judicial y hacer una Justicia cercana a la comunidad, moderna, ágil y transparente.

«Vemos que se empieza a investigar con libertad y eso es positivo. Pero necesitamos avances. A más de dos años de su muerte, queremos saber qué pasó con el fiscal Nisman y su denuncia. Es una de las tantas heridas a curar para unirnos por un futuro en común», alertó.

En otro tramo de su mensaje puso de relieve que «la política misma tiene que cambiar para representar ese cambio que ya está en la sociedad» y dijo que «una de las decepciones de 2016 fue el escaso avance en los proyectos de reforma política», una iniciativa que el macrismo defiende a capa y espada pero que desde la oposición ven como una necesidad del gobierno para manipular las elecciones.

«Fue sancionada la ley que hace obligatorios los debates presidenciales, pero no la reforma electoral. Es una vergüenza que en el siglo XXI sigamos votando con un sistema viejo y abierto al fraude. Esforcémonos para que esto no sea así en 2019. Tenemos que cerrarle la puerta a la trampa», afirmó.

Macri sostuvo que «la corrupción es un mal que envicia lo político» y dijo que «detrás de ella hay millones de argentinos sin cloacas, hay rutas destrozadas y hay tragedias que se podrían haber evitado, como la de Once», pero no habló de Morón.

Destacó que «hoy la obra pública dejó de ser sinónimo de corrupción», justo a pocas horas que se conocieran audios que comprometen a su primo, Ángelo Calcaterra con las coimas que pagó el empresario brasilero, Odebretch.

Señaló que «la corrupción se combate con transparencia e integridad» y abogó en favor de que «todos los gobiernos, nacional, provinciales y municipales» profundicen las políticas para garantizar esos preceptos.

Macri se refirió, además, a los pasos que ha dado el Gobierno para reinsertarse en el mundo y convertirse en un actor importante de la globalización.

Recordó que «el año que viene Argentina asume la presidencia del G20, una de las cumbres más importantes del mundo».

Dijo que «este es el camino para avanzar en nuestros intereses, incluyendo nuestro legítimo reclamo por las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur».

«El diálogo fortalece nuestra posición y nos permite acercarnos para encontrar una solución definitiva a este prolongado diferendo».

En el tramo final de su mensaje Macri advirtió que «estamos en un mundo de mucha incertidumbre y volatilidad», con discusiones que «reflejan tensiones producto de la globalización, las corrientes migratorias y los cambios tecnológicos».

«Autos que se manejan solos, inteligencia artificial, producción sintética de alimentos, tecnología genética, robótica, son cosas que dejaron de ser de ciencia ficción», comentó.

«Todas ellas pueden ser oportunidades para resolver algunos de nuestros problemas o pueden resultarnos amenazas si nos encerramos negando su existencia, debatiendo una agenda pequeña y hermética», agregó.

Y señaló que «no nos sirve más la lógica de guiarnos por el cinismo, la desconfianza y la resignación».

«Tenemos que hacernos cargo. Nos lo debemos a nosotros, a nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. No tenemos excusas», indicó.

Macri sostuvo que «después de 15 meses de gestión, sigo convencido de que se puede» y subrayó que «tenemos todo para salir adelante», aunque no explicó bien como hacerlo.

«Estamos haciendo lo que sabíamos que teníamos que hacer, y que nos va a llevar a terminar con las constantes crisis que nos impregnan de desilusión sobre el futuro», dijo el Presidente.

El Jefe del Estado sentenció que «la decisión de cambiar» es una necesidad que involucra a todos los argentinos a fin de «sentar las bases para que nuestro país crezca».

«Argentina se está poniendo de pie. Sigamos confiando en lo que podemos juntos, con todo el entusiasmo de hacer», afirmó exaltado en el final de su discurso.

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