CRISIS TEXTIL
Las importaciones golpean tan fuerte al sector que ya muchos debieron abandonar la producción y otros se reconvierten en importadores

El primer trimestre del año el sector textil registró una caída de la actividad de más del 25%, producto de la baja demanda interna y la apertura de las importaciones.

Según informó la Fundación ProTejer, los ingresos de mercadería desde el exterior tuvieron un incremento del 6,6% en marzo. Pasaron de de 57,5 miles de toneladas en el mismo lapso de 2015 a 61,3 miles de toneladas en el primer trimestre de 2016.


«La industria está desamparada, porque vivimos del mercado interno en un 90% y ESTE no tiene poder adquisitivo


Como ocurrió en muchos sectores de la economía, en los primeros meses del año se está efectivizando el stock de las ya derogadas DJAI que habían quedado pendientes de la gestión anterior, ahora reemplazadas por el SIMI.

La producción local abastece el 50% del mercado doméstico. La caída del consumo de prendas de vestir, estimado en el 20% -llega al 30% si se considera el aumento de las importaciones-, termina por dar la otra estocada a la actividad textil.

«Una tormenta perfecta», definió Jorge Sorabilla, presidente de Protejer. «Tenemos veedores en Aduana y de lo que entra de textiles, un 80% es por DJAI y 20% es por SIMI. Hubo una semana entre que se derogó el sistema y se implementó el nuevo, en donde a todas las DJAI sin aprobar fueron autorizadas por el Ministerio de Producción. Lo que hay es una curva que va cayendo a medida que pasan los meses, con el pico en febrero, marzo y abril», continuó.

«Entendemos que podemos echarle la culpa en las dos terceras partes a la caída al consumo y hay una tercera parte que se debe claramente a las importaciones», analizó Sorabilla.

«Esta caída en el nivel de un 25% promedio, es muchísimo. Además lo estamos comparando este primer cuatrimestre con enero, febrero y marzo del año pasado, que fue malísimo, con lo cual la base de comparación es baja. Hoy el 25% promedio es muy malo, y abril dio mal. En lo que va de mayo no vemos que la tendencia se haya revertido».

La apertura de las DJAI atrasadas tuvo un efecto negativo sobre la industria. Las prendas de tejido de punto aumentaron un 34,8% en el primer trimestre. Otro rubro que enciende alarmas es el de tejidos planos de algodón cuya importación subió un 27,7%, más teniendo en cuenta que en el país se produce el 95% del algodón que se consume.

En materia de importaciones, el Ministerio de la Producción parece aplicar el ensayo y error. En principio, su titular Francisco Cabrera habló de un comercio liberado. Luego se planteó una pauta de importación del 10% por encima de 2015, pero después la corrigieron a la misma cantidad. Más tarde pasó a menos del 10% para llegar a un 20% menos que lo importado en 2015.

En este marco, las primeras señales que reciben los textiles no son buenas. De hecho, en Protejer llevan ya de los tiempos de Guillermo Moreno un semáforo de importación para monitorear el ingreso de mercadería sensible para la industria doméstica.

Del total de las 61,3 miles de toneladas importadas en el primer trimestre, el 36% correspondió al color rojo, es decir, aquellos productos que se producen en el país, y cuyo ingreso afectan a toda la cadena textil. El 40% correspondió a posiciones arancelarias que si bien se fabrican localmente, pueden ingresar para compensar un incremento de la demanda.

Como en la actualidad hay un descenso de la demanda, el amarillo se acerca bastante al rojo. Y apenas el 24% fue para los productos del color verde, que no se producen aquí.

«La industria está desamparada, porque en sectores como el nuestro vivimos del mercado interno en un 90% y el mercado interno no tiene poder adquisitivo y a la gente le subieron los servicios, el transporte, el colegio y la comida. Entonces una de las cosas que hace es diferir la compra de ropa. Veo todos problemas para las pymes, le aumentaron los costos, los servicios, las pautas salariales que vienen. ¿Qué empresa va a poder pagar la suba salarial cuando se te caen las ventas y estás endeudado con máquinas con las que no podés producir? Y se está pagando una tasa de interés de financiación del 40% y si además tiene problemas de atrasos impositivos tiene que ir a una cueva, al 50% o al 60%. No hay viabilidad productiva, estamos sobreviviendo», alertó Sorabilla.

Luego de cuatro meses para el olvido, Sorabilla proyectó el comportamiento para todo 2016: «Ahora estamos con una caída del 25%. Si proyectamos una mejora en mayo y junio porque se van terminando las DJAI y se van aprobando sólo las SIMI que se tienen que aprobar, el primer semestre puede cerrar con un descenso del 20%. Si el segundo semestre empatamos contra el mismo periodo del año pasado que fue muy bueno, daría un 10% de caída; si me ofrecés una caída del 10% la firmo ya».

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