El oficialismo en la Cámara Alta recibió hoy una dura derrota en lo que fue un duro debate por la validez del decreto 70/2023, que desregula la economía. Ahora, la definición la tiene Diputados. Por el momento la norma se mantiene vigente, pero una derrota del a Cámara Baja podría convertirse en la primera en ser desactivada por ambas Cámaras del Congreso en toda la historia.
De esta manera, el decretazo que dictó el presidente Javier Milei, en diciembre pasado, llegará a la Cámara de Diputados en los próximos días para su tratamiento. Más allá del resultado negativo en la Cámara alta, el DNU continuará en vigencia -a pesar de las trabas jurídicas que ya cuenta en diversas áreas temáticas- hasta que no sea rechazado también por la Cámara baja. De concretarse, recién ahí quedaría sin efecto.
Su tratamiento fue motorizado por voluntad de la vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, Victoria Villarruel, que lo incluyó en el temario oficial el martes pasado a sabiendas de que el rechazo era su destino final en el hemiciclo senatorial. La vice venía de resistir varios pedidos para tratar el mega-decreto en el recinto. Dos por parte del kirchnerismo y uno firmado por bloques federales, entre ellos, un radical.
Ayer, en la reunión de labor parlamentaria, Villarruel intentó persuadir a los líderes de los bloques opositores para prorrogar la discusión del DNU. La decisión de Villarruel de incluirlo en el temario generó un fuerte repudio en redes sociales por parte de la militancia mileísta y hasta el propio mandatario deslizó algunas directrices -negativas- al respecto.
De hecho, el nuevo integrante de LLA en el Congreso, José Luis Espert, puso en duda el objetivo de Villarruel con respecto a habilitar el debate: «No sé por qué lo hizo. Habría que preguntarle a ella que piensa«. Otro de los que sumó fue el ministro del Interior, Guillermo Francos, que realizó declaraciones en esa línea: «Podría haberlo evitado, pero la presión la hizo incorporar este punto».
A pocos minutos de haber iniciado el encuentro en el despacho de Villarruel del miércoles, las cuentas oficiales de la oficina presidencial publicaron un duro comunicado contra los legisladores, tanto de la Cámara de Diputados y el Senado, por intentar “imponer” una agenda por afuera del Pacto de Mayo y los nuevos lineamientos de la ley de Bases. La acción fue leída como método de exposición de Milei a la vice.
No es la primera vez que la fórmula presidencial se saca chispas a solo tres meses de haber asumido. La última había sido a comienzos de esta semana. El lunes, Villarruel se plegó al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y retrotrajo el aumento del 30% en las dietas de los senadores, en medio de la polémica que escaló al Poder Ejecutivo y que terminó con el ministro de Trabajo, Omar Yasin, fuera del Gobierno.
Con la acción, Villarruel despejó la duda que merodeó durante todo el fin de semana sobre qué haría con respecto al incremento en los salarios de los legisladores. Desde su entorno especificaron que fue por un pedido expreso de Milei, que durante el fin de semana motorizó el despido de Yasin. Según pudo saber Noticias Argentinas de fuentes cercanas a Villarruel, la abogada aspiraba a consensuar la decisión con los titulares de los bloques.
En los pasillos del Senado de la Nación, opositores subrayaron las acciones de Milei como las causantes de este desenlace. “Lo del presidente siempre es condicionando”, resaltó un senador peronista con referencia a los modos de ejercer el poder que tiene el libertario. Otro legislador opositor indicó: “Se pensaba que con la reunión con los gobernadores podían influir acá”.
La votación y el intento fallido por prorrogar la sesión
El número que rechazó el DNU (42) estuvo compuesto por los 33 senadores de Unión por la Patria a los que se plegaron: Martín Lousteau (CABA), Pablo Blanco (Tierra del Fuego), Edith Terenzi (Chubut), Natalia Gadano (Santa Cruz), Mónica Silva (Río Negro), José María Carambia (Santa Cruz), Lucia Crexell (Neuquén), Carlos Espínola (Corrientes) y Edgardo Kuider (Entre Ríos).
Antes, el senador oficialista Ezequiel Atauche propuso una moción para que se postergue la discusión del DNU por tres semanas, pero resultó negativa con 31 votos a favor y 40 en contra. Entre los senadores que votaron contra el rechazo del pedido de Atauche resaltó la figura del presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Lousteau. Se plegó también la correligionaria chubutense Terenzi.
El debate
El recinto fue ámbito de debates antagónicos, casi idéntico a lo ocurrido en la Cámara de Diputados durante el tratamiento de la ley de Bases. La Libertad Avanza dio el puntapié inicial con el senador Juan Carlos Pagotto. El riojano dio un tibio discurso de defensa del DNU en el que exploró en los lugares comunes. Para Paggoto, el «DNU lo conocen todos y lo han estudiado todos de memoria».
Apuntó también contra el kirchnerismo por tener «memoria selectiva» por los más de 100 decretos que todavía están sin tratamiento en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo. Según indicó Pagotto, la gestión anterior «emitió decretos que nunca se han tratado» y agregó: «Muchas veces, ni la bicameral se conformaba. Y afectan derechos de argentinos que hoy tienen vigencia».
La defensa del DNU tomó mayor volumen con la exposición del cordobés Luis Juez (PRO) que, a pesar de marcar sus diferencias con Milei, realizó un férreo mea culpa argumentando sobre el fracaso de la dirigencia política en la historia reciente de la Argentina. A su criterio, eso motorizó el desembarco del libertario a la Casa Rosada y apuntó contra el kirchnerismo. «Ahora nos agarró un apego al republicanismo. Somos gendarmes de la Constitución”, lanzó Juez, líder del PRO en el Senado.
La Unión Cívica Radical (UCR) volvió a exhibir sus fragilidad interna a través de las posturas que vertieron en el hemiciclo. Lousteau realizó un pirotécnico discurso contra el DNU de Milei, y el jefe de bloque de la UCR, Eduardo Vischi, que votó a favor. El centenario partido replicó el mismo accionar que en Diputados, durante la votación en particular de la ley de Bases.
Mientras tanto, algunos bloques federales y el kirchnerismo hicieron hincapié también en la inconstitucionalidad del mega-decreto y apuntaron en reiteradas oportunidades a Milei. Casi se repitieron textuales los discursos que realizaron en las últimas intervenciones en la -debilitada- Bicameral de Trámite Legislativo