Luego de una primaria virulenta que enfrentó distintas facciones dentro de Juntos por el Cambio, que dejó heridas abiertas difíciles de cerrar, la alianza fundada por Mauricio Macri, Elisa Carrió y el radicalismo parece estar frente al precipicio… y más de uno está dispuesto a dar el empujón final para que todo se vaya al diablo.

Por el lado del larretismo, aún no logran digerir el fracaso ante Patricia Bullrich, una dirigente sin experiencia en la gestión (fue ministra en varios gobiernos pero nunca gobernó nada) y con menos carisma que un potus.

En el entorno del jefe de Gobierno dicen que trata de reponerse de la derrota, pero por ahora está en pleno duelo. Larreta se viene preparando hace años para ser el sucesor de Mauricio Macri, de hecho intentó destronar al expresidente y la jugada le costó cara. Sus aspiraciones presidenciales se diluyeron en la PASO contra Bullrich y no tiene un futuro político a la vista. No tenía plan b, aseguran sus colaboradores más cercanos.

En el larretismo se quejan porque Bullrich no agradeció aún la «contundencia del apoyo que manifestó el todavía jefe de Gobierno porteño. Ciertamente creen que sus una simulación. En el campamento bullrichista están convencidos de que Rodríguez Larreta no va a hacer nada en contra de la postulación de la ex ministra de Seguridad, pero también creen que no se va a desvivir por ella, como dice públicamente.

La campaña fue durísima. Fueron muchos meses de operaciones cruzadas.

Rodríguez Larreta no planea volver a un cargo público para el caso de que Bullrich ganara las elecciones y llegara a ofrecerle algún lugar, tipo premio consuelo. Tampoco en la Ciudad, si es que Jorge Macri retiene la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. Anoche, en televisión, Rodríguez Larreta aseguró que, por ahora, ninguna de las dos posibilidades están en sus planes.

Los colaboradores del todavía alcalde de la Ciudad de Buenos Aires son pesimistas de cara a las generales de octubre. Nadie da dos mangos por Bullrich y no creen que tenga chances de acceder a un eventual balotaje con Javier Milei. Se quejan por los coqueteos de Mauricio Macri con el postulante libertario. Creen que no ayudan a la coalición opositora y que si Bullrich no llega a la segunda vuelta, JxC podría explotar en mil pedazos después de noviembre. “Dicen que hay varios colaboradores de Macri listos por si Milei es presidente”, agitan. El expresidente ya no quiere saber más nada con los radicales ni los «lilitos» de la Coalición Cívica.

Todas las fichas del PRO están puestas en lo que pueda capitalizar el economista de la Fundación Mediterránea, Carlos Melconian. Esta semana entra en la cancha para suplir las burradas de la candidata en materia económica y en el inicio del segundo tramo de una campaña que la oposición deberá transitar con mucha cintura política para conservar los votos que cosechó en las PASO, incluidos los de Rodríguez Larreta, que amenazan con fugar para el lado de Sergio Massa, postulante oficialista por Unión por la Patria. Una Patriada difícil para el bullrichismo donde el pesimismo reina por estos días.

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