El precandidato a jefe de Gobierno por el PRO, Jorge Macri, busca ser la continuidad del proyecto político que inició su primo Mauricio Macri, en 2007. En una entrevista con la agencia Noticias Argentinas, en sus oficinas del barrio de Núñez, Macri dejó en claro su postura sobre uno de los temas centrales en la campaña porteña: «Con los piqueteros, o los que quieran desordenar el espacio público, voy a tener conflicto«.
Para el actual ministro de Gobierno de Rodríguez Larreta, que se cruzará en la interna de Juntos por el Cambio (JxC) con el candidato de la Unión Cívica Radical (UCR), Martín Lousteau, el uso de la «fuerza pública» será clave para «ordenar» la calle. En su criterio, «el arte de gobernar» pasa «por enfrentar los conflictos» y continúa: «A veces, alcanza con el diálogo, otras veces, no».
En esa línea, el aspirante a retener Uspallata para el partido amarillo apuntó contra el kirchnerismo al argumentar que es el culpable de instalar «una lógica de mucha precariedad y desorden como norma general». De cara a la interna nacional de JxC, Macri tomó una postura neutral entre Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, la otra presidenciable del espacio, y destacó: «Yo logré algo y tengo que cuidarlo: soy el candidato de los dos«.
Macri fue contundente en materia de el orden del espacio público, o mejor dicho, limpiar las calles de la protesta social. «Hay dos medidas que son de orden nacional, que son compromiso tanto de Horacio como de Patricia, y que tienen que ver con quitar la intermediación a los líderes sociales. A eso le agrego algo, que para mí es muy importante, que es que ‘los niños no pueden estar en la marcha‘. Después, lo que tenemos que usar es la fuerza pública. Ordenar con el uso de la fuerza pública. Vos no podes hacer lo que querés. Alguien te va a frenar y controlar. El kirchnerismo instaló una lógica de mucha precariedad y desorden como norma general. Además, no solo están en juego el derecho al reclamo social y a la circulación, sino también el derecho a la salud, al trabajo y al estudio. Ese rol del Estado, para mí, es el indelegable: va a haber conflicto. Para mí, el arte de gobernar es enfrentar los conflictos si los hay. A veces, alcanza con el diálogo, otras veces, no. Probablemente, con los piqueteros, o los que quieran desordenar el espacio público, yo voy a tener conflicto. El conflicto que yo no tengo con ellos, lo sufre la gente. Yo estoy para defender el derecho de esa mayoría silenciosa.
El primo del expresidente también se refirió a la polémica con el ahora no candidato a primer legislador porteño, Franco Rinaldi, luego de sus expresiones homofóbicas, antisemitas y misóginas.
«No me gustó que primero pidan la renuncia y cuando lo hacen dicen que ‘no alcanza’. Hay un principio bíblico bastante relevante que es la disculpa, el pedido de perdón y el aprendizaje. Todos queremos vivir en libertad y eso conlleva también a cometer errores. El límite del ‘no error’ llevaría a una vida muy acotada. ¿Cuál es esa contraposición? Reconocer, aprender, corregir, pedir disculpas… A mí me parece que él lo hizo de manera honesta y hubo un ensañamiento brutal. Lo que más me preocupó fue Franco como persona, estaba muy afectado. Dicho esto, reconozco también que las cosas que dijo no están bien y las repudié. No me gustan ni siquiera desde el plano del humor.