El abogado e influencer Carlos Maslatón se despegó de Javier Milei tras el frustrado acto en El Provenir, a donde asistieron menos del 10% de los militantes que esperaban. Maslatón denunció que todo el armado del espacio se fue al tacho tras la irrupción de la hermana del diputado, Karina Milei y el economista Carlos Kikuchi.
«Me preparé toda la vida para este momento», dijo Maslatón sobre cómo arrancó su primer día como precandidato presidencial para las elecciones de 2023. Apenas un mes atrás, Maslatón era un fiel defensor de Milei. Ahora le pide resolver mano a mano en una gran PASO la interna que explotó públicamente en el liberalismo, el espacio que corrió toda la campaña electoral a la derecha.
«Me acaban de contar que Milei dijo que él juega en la Champions League y Maslatón en la Primera D. No pasa nada, si le gusta divertirse con eso. ¡Esto es Milei!», dijo al aire. Y un segundo después, con una media sonrisa, lanzó la bomba. «Si Milei dice que abre el juego a las PASO, ahí veremos. No lo sé, por lo menos lo pensaría. Eso es otra cosa porque es dentro del mismo espacio», afirmó a Clarín.
«La verdad que me explotó el teléfono después de eso. También la actividad en Twitter», cuenta Maslatón a Clarín. Según confiesa, esperaba tener apoyo pero fue mucho mayor de lo que esperaba. «Hasta había encuestas hechas por gente de Milei en las que le ganaba», dice.
«No es dividir, cuando digo que voy a las PASO lo que estoy confirmando que estoy en La Libertad Avanza completamente», dice. Según cuenta, decidió meterse para tratar de corregir el rumbo de un «desviacionismo que se vió en los últimos tres meses». Concretamente desde que Kikuchi y Karina entraron en el armado político.
Abogado, analista técnico y estrella de redes sociales, Maslatón fue uno de los primeros en cargarse al hombro de manera pública la campaña de Milei, a quien elogiaba en redes sociales desde que el referente anticasta decidió incursionar en política. Lo respalda un historial de militancia durante finales de los 80, que dejó de lado cuando se dedicó a la actividad privada.
Es por eso que funcionaba como analista politico, asesor y también puntero. Sin embargo, desde enero de este año todo cambió con la llegada de Kikuchi y el ascenso de Karina, una figura por la que Javier tiene absoluto respeto y devoción. «Ella es el jefe», se le escucha decir a menudo.
Según denuncia Maslatón, ella fue quien decidió expulsar a varios militantes orgánicos de la base, una situación de la que alertó en privado el último tiempo y que califica de «suicidio político». («Tenemos 90 mil jovenes que pueden fiscalizar el año que viene», apunta). Sin respuestas, decidió ventilar todo tras el fallido acto en El Porvenir.