Los jefes de Estado y de Gobierno que participan de la cumbre del G20 en Roma alcanzaron un acuerdo para establecer un impuesto mínimo global a las multinacionales
«Esto es más que un simple acuerdo tributario, es la diplomacia que está remodelando nuestra economía global y cumpliendo con nuestra gente», escribió en Twitter el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al destacar el acuerdo para gravar con al menos el 15% a las multinacionales a nivel global.
Biden confirmó así el acuerdo alcanzado entre los líderes de los países más industrializados del mundo un grupo de naciones emergentes y la Unión Europea (UE) para determinar un piso impositivo mundial que estaba en debate hace años.
Fuentes de la cumbre de la que participa también el presidente Alberto Fernández destacaron el apoyo «amplio y transversal» que tuvo la propuesta de introducir el impuesto mínimo, que de todos modos necesitará luego varios meses o años para que cada país logre acoplarlo a su legislación e implementarlo.
Los países del G20, que representan el 80% de la economía mundial, dieron así un paso decisivo para empezar a fijar nuevos pilares de la denominada «nueva arquitectura financiera internacional», que reclaman algunos de los miembros, agregaron las fuentes.
La medida, que se explicitará en el documento final de hoy, buscará alcanzar, por un lado, a las grandes compañías digitales y, por otro lado, terminar con la deslocalización financiera de las grandes multinacionales que no tributan en sus países de origen sino que se valen de los mecanismos del denominado «dumping fiscal» para pagar impuestos en donde sean más bajos.
En Estados Unidos, uno de los países más golpeados por la deslocalización del pago de impuestos de sus compañías, la prensa atribuyó buena parte de la adopción del mínimo global del 15% a la impronta de Biden, quien en su primer G20 como mandatario «se anota una victoria sobre tasas globales», como tituló la cadena CNN.