El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, subrayó esta mañana que la educación es «prioridad número uno» y remarcó que apuntará a que haya «la mayor presencialidad posible» en el regreso a clases.

«El 2021 no puede ser igual al 2020 en términos educativos. Los chicos y las familias necesitan certidumbre», sostuvo el mandatario local.

En conferencia de prensa, el referente del PRO destacó que pretende que haya «la mayor presencialidad posible» en el regreso a clases, ya que afirmó que «las clases presenciales son un derecho como sociedad».

«Cada día perdido no se recupera. Queremos llevar certezas a las familias», añadió.

Rodríguez Larreta, anticipó esta mañana que se van a «testear a los docentes de la Ciudad cada 15 días».

«Vamos a hacer todo lo posible por sostener las clases aun en todas las etapas de la pandemia. Desde el Ministerio de Salud vamos a testear a los docentes de la Ciudad cada 15 días», señaló el mandatario local.

Por parte, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, sentenció: «La regla es la presencialidad, lo virtual será algo para acompañar».

Sin embargo en el sector turístico y en los municipios de la Provincia de Buenos Aires ya se hacen escuchar las quejas y reclamos. Empresarios locales manifestaron que esta decisión unilateral de la Ciudad no hace otra cosa que profundizar las diferencias entre el distrito más rico del país y aquellos que necesitan levantar la cabeza luego de casi un año parados.

Un comerciante marplatense que prefirió mantener su identidad en reserva dijo a PdN que Larreta solo piensa en su carrera política y que adelantar el inicio de clases termina por destruir el último tramo de la temporada de verano ya que «las familias deberán retornar a sus lugares de residencia para preparar todo lo necesario para la vuelta a clases. Es decir que, la primer semana de febrero se termina la actividad turística».

En tanto, Andrea Álvarez, responsable de un complejo hotelero en la Costa Atlántica le apuntó con dureza al mandamás porteño, «A Larreta no le importan los chicos, le importa ser el primero en retomar la presencialidad para instalar una nueva campaña de marketing político de cara a las legislativas de este año. Es el relato al que nos tiene acostumbradas el PRO. Aquí, en enero trabajamos al 30% de ocupación, es una temporada donde apenas cubrimos los costos operativos y sin febrero estamos condenados a seguir perdiendo como sucedió en 2020. La Ciudad siempre hace lo mismo, se mira el ombligo y se caga en el resto del país. La prueba está en que la mayoría de los distritos, incluida la Provincia de Buenos Aires, arrancan en marzo, como debe ser.

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