Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno Porteño

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recaudaría unos $ 40.000 millones al gravar con Ingresos Brutos los intereses que cobran los bancos por las Letras de Liquidez (Leliq) y los Pases Pasivos que emite el Banco Central (BCRA), lo que representa más del triple de lo que proyectó en el Presupuesto 2021, según estimaciones privadas.

En ese sentido, el Gobierno porteño pretende recaudar $12.000 millones por la imposición del 7% de IIBB sobre Leliq y Pases, además de otros $ 7.700 millones por aplicar a las tarjetas de crédito el Impuesto a los Sellos, como parte de un «ajuste transitorio» tras la quita del 1,18% de coparticipación que concretó recientemente la Nación sobre la Ciudad.

La decisión de gravar ambos títulos fue duramente criticada por el presidente del BCRA, Miguel Pesce, quien envió una carta al Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, asegurando que el impuesto distorsionaría «la estabilidad monetaria, financiera y cambiaria» ya que se trata de instrumentos que, en última instancia, son la contrapartida de los depósitos a plazo fijo de ahorristas y empresas.

«Tenga a bien arbitrar las medidas necesarias a fin de evitar que se efectivicen acciones de carácter tributario que distorsionan las políticas que lleva adelante el Banco Central», dijo Pesce en una misiva publicada ayer, en la que recordó que la Corte Suprema de Justicia tiene jurisprudencia sobre la imposibilidad de los distritos de avanzar sobre las regulaciones del BCRA.

Desde el Gobierno porteño, el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, ratificó anoche la continuidad de la iniciativa -contemplada en el proyecto de Presupuesto 2021- de crear un gravamen a las operaciones con Leliq.

«Se trata de la eliminación de una exención a un impuesto vigente y, por lo tanto, se encuentra dentro de las atribuciones de la ciudad», dijo el funcionario al responder a una pregunta sobre el tema en el marco de la conferencia de prensa brindada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sobre la nueva etapa del distanciamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus.

Más allá de este contrapunto, desde el Gobierno porteño dijeron a Télam que la iniciativa es «una medida de emergencia» y que «se va a retrotraer si la Corte Suprema falla a favor de devolvernos la coparticipación».

«No podíamos aplicar aumentos a patentes o ABL, que tuvieron entre un 50 o 60% de merma de pagos este año. El sector financiero fue el menos afectado pro la pandemia. Buscamos armonizar la carga impositiva», dijeron las fuentes, que sostuvieron que la expectativa es recaudar $12.000 millones por este tributo.

Sin embargo, distintas proyecciones privadas apuntan a que, solo en concepto del impuesto a Leliq y Pases, la Ciudad le quitaría a los bancos unos $ 40.000 millones de los intereses que hoy usan para, posteriormente, cubrir los costos de plazos fijos y otros gastos.

«Si bien hay variables que no conocemos con certeza, como la tasa del año que viene o nivel de emisión, estimamos que se recaudaría cerca de $ 40.000 millones con este impuesto», dijo a Télam Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando Ferreres y Asociados.

En los últimos 12 meses el Central tuvo que emitir unos $ 690.000 millones para pagar a los bancos los intereses por Leliq y Pases, de los cuales corresponden a la Ciudad de Buenos Aires entre el 30% y 37%, según datos del gobierno porteño.

Por lo tanto, si se hubiera aplicado IIBB sobre ese proporcional, solo en 2020 la Ciudad habría recaudado entre $ 14.500 millones y $17.870 millones.

Las proyecciones del sector privado apuntan que en 2021 los intereses serán aún mayores, por lo que también lo sería la recaudación del impuesto.

«Todos los factores de expansión monetaria indican que en 2021 se van a emitir más Leliq y Pases, por lo que hay una clara subestimación para tener mayor discrecionalidad. Hay que ver el detalle fino, pero no llega ni de cerca a $12.000 millones. Mínimo se debería duplicar o triplicar ese número», aseguró Amilcar Collante, economista del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur).

«Esto como decir que le bajaron de un saque la tasa de política monetaria al Banco Central», sostuvo Spotorno, para quien el impuesto porteño -si su tratamiento avanza y la Legislatura lo aprueba- «va a obligar a los bancos a subir las tasas que cobran por los créditos».

En la misma línea, Collante apuntó que esto «trae una distorsión de la política monetaria» ya que «la tasa efectiva que van a recibir los bancos será menor de la que fija el Central».

«Los bancos van a exigir o que les paguen más tasa de interés o le van a trasladar el costo a los depositantes. De algún lado va a a tener que salir la plata», dijo el miembro de Cesur.

Por último, la economista de la consultora LCG, Julia Segoviano, precisó que si bien «no es la creación de un impuesto sino la quita de la exención a IIBB que ya regía», advirtió que la alícuota del 7% «es elevada» y que «es parte de la disputa de cómo se distribuyen los recursos que hay». 

«La Ciudad encontró la manera de presionar sobre ese punto, ya que hoy la emisión es una buena parte del financiamiento del Estado y tiene muchísima discrecionalidad. Todo surge de una tensión en la distribución de recursos. Al final del día está ahí el tema», concluyó Segoviano.

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