En el marco del 175 aniversario de la Batalla de la Vuelta de Obligado, cuando el gobierno de Juan Manuel de Rosas, respaldado desde el exilio por el general José de San Martín, rechazó el ingreso de naves británicas y francesas que buscaban adentrarse río arriba en un nuevo intento colonialista -por el que todos los 20 de noviembre se conmemora el Día de la Soberanía Nacional- la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) sostuvo que «el asedio al territorio y a las riquezas del país y la región cambia de modalidades y actores; sin embargo, hoy como entonces sigue siendo indispensable un Estado que defienda y regule  los recursos estratégicos de la Nación y ponga freno al continuo accionar de los factores de poder económico, que no reconocen bandera».

En los últimos cuatro años volvió a comprobarse que la patria y las empresas locales están en peligro toda vez que se instauran, en complicidad con potencias globales, políticas de desregulación, especulación y apertura irrestricta de ingreso de mercaderías extranjeras. Una vez más se ha demostrado que lejos de “atraer inversiones”, esas medidas conllevan la destrucción de la actividad, el cierre de decenas de miles de empresas nacionales y el aumento de la pobreza y la indigencia.

«Hoy el país comienza a recuperarse de las consecuencias de ese proceso, a las que sumaron este año los trágicos efectos de la pandemia. Por estos motivos es auspicioso que se haya dado media sanción a la ley de aporte solidario y extraordinario de las grandes fortunas, luego de haberse aprobado un Presupuesto Nacional equilibrado y con una fuerte direccionalidad  social, productiva, de innovación y desarrollo, con explícito apoyo para las Pymes», subrayó la entidad Pyme.

Roberto Ratti Merchante, gerente general de APYME; Eduardo Fernández, presidente; Juan José Sisca, secretario; Julián Moreno, vicepresidente.

Este horizonte de mayor equidad y reconstrucción productiva sería imposible si volviera a someterse la capacidad decisoria del Estado nacional a los intereses de un conjunto de acreedores externos, corporaciones  transnacionales y grandes empresas a las que jamás les importó ni les importa el país. 

También debe enfatizarse la necesidad de fomentar una cultura del ahorro nacional, lo que conlleva la orientación del uso de las divisas al impulso al mercado interno, la industria sustitutiva y la diversificación de exportaciones. Esto no significa una economía “cerrada el mundo”, “ineficiente” y “poco competitiva”, sino al servicio de los intereses de la Nación.

«La dirigencia de APYME resalta que el mejor homenaje a la heroica resistencia de las tropas nacionales en la Vuelta de Obligado, es redoblar el esfuerzo del Estado y los sectores del trabajo y la producción nacional a fin de profundizar el rumbo que nos permita reconstruir la Argentina desarrollada, inclusiva y soberana que garantice  bienestar y progreso a todos sus habitantes».  

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