Fernando Ezequiel Solanas, más conocido como “Pino” Solanas, falleció a los 84 años de coronavirus. El político y director de cine se encontraba internado en París, Francia, luego de dar positivo de Covid-19.
Locuaz y filoso, no fueron sin embargo sus inflamados discursos desde las bancas legislativas que ocupó por 14 años sino el mensaje siempre urgente de sus más de 20 películas la expresión más nítida de su legado.
La noticia fue confirmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores a primera hora de la madrugada de este sábado. “Enorme dolor por Pino Solanas. Murió en cumplimiento de sus funciones como embajador de Argentina ante la UNESCO. Será recordado por su arte, por su compromiso político y por su ética puesta siempre al servicio de un país mejor. Un abrazo a su familia y sus amigos”, publicó Cancillería en sus redes sociales.

Las primeras banderas que alzó Solanas en Parlamento apuntaron a la nacionalización del petróleo y la investigación de la deuda externa, dando en la última etapa un viraje hacia la defensa del medio ambiente, Dan cuenta de ese «aggiornamiento» los documentales La guerra del fracking (2013) y Viaje a los pueblos fugimagos (2018). «Otros se van a la playa, yo me entretengo haciendo rodajes», explicaría sobre la superposición de sus actividades políticas y artísticas.
Nacido en una familia de clase media de Vicente López, se casó a los 19 con una pianista y relataba que para iniciarse en el cine «comíamos arroz y fideos». Hizo estudios de teatro, música y derecho, pero nunca necesitó diplomas, más que los que le dio la Fundación Konex por sus películas. Supo tener un romance con la modelo del momento, Chunchuna Villafañe, y reincidió en el matrimonio cuando conoció a la actriz brasileña Angela Correa, 18 años menor, quien también contrajo Covid en París.
A Solanas le gustaba que lo identifiquen por su apodo juvenil. Pino. Al punto que en una campaña electoral repartía brotes de esa planta.