Cientos de miles de fieles visitan el santuario de San Cayetano en el barrio porteño de Liniers para agradecer y pedir por «pan, paz y trabajo», con familias enteras que comenzaron la vigilia hace más de dos meses para ser de los primeros en ingresar a tocar la imagen del Santo de la Providencia, en lo que ellos mismos califican como «una cuestión de fe que no cualquiera puede entenderla».

La Iglesia, ubicada en la calle Cuzco 150, abrió sus puertas en el primer minuto de este miércoles y dejó entrar a los creyentes, que acudieron en forma masiva a manifestar su fe hacia el Patrono del Pan y el Trabajo, unidos bajo el lema «Querido San Cayetano, como pueblo y familia, ayúdanos a ver a Cristo vivo en cada hermano».

La fiesta anual que se celebra cada 7 de agosto tuvo la primera de sus 14 misas a las 4 de la madrugada, mientras que la ceremonia central, a cargo del arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, será a las 11, a partir de lo cual habrá misa cada dos horas hasta las 23, así como servicio de bendiciones y confesiones de manera permanente, dentro y fuera del templo, actividades que iban a movilizar a unas 150 mil personas, según los organizadores.

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