Finalmente, el macrismo y sus políticas de ajuste permanente que quitaron dinero del bolsillo de los consumidores termina de hacer mella en el comercio y las pymes. La brutal transferencia de recursos desde los asalariados a empresas de servicios públicos en mano de los amigos del presidente y la devaluación de la moneda fueron de tal magnitud que no queda un mango para la compra de indumentaria. Esto provocó un cierre masivo de industrias y comercios, y junto con ellos el despido de miles y miles de trabajadores. Resulta increíble e inaceptable que el proyecto de Cambiemos haya roto todo el tejido productivo argentino en apenas tres años.

Wrangler y Lee, dos marcas absolutamente instaladas entre los argentinos y argentinas no fueron la excepción, a fines de julio cerrarán definitivamente las últimas tiendas que aún siguen abiertas.

«Lo sabíamos desde enero pero no caíamos. Hoy nos encontramos en la calle a salir a pelearla de vuelta, a salir a buscar trabajo», lamentó Esteban, empleado del sector comercial de Wrangler, al canal C5N.

«La veíamos venir, nunca tan así pero llegó. Nos cayó como un balde de agua fría», sentenció.

La corporación VF que opera estas reconocidas marcas de ropa bajará la persiana de sus locales en los shoppings del Abasto, Avellaneda y Dot. Alto Palermo ya cerró.

Los outlets seguirán abiertos hasta fin de mes en una liquidación total porque los encargados de las marcas «no se quieren quedar con nada».

«La gente quizás pueda aprovechar los precios, pero los trabajadores, como siempre, nos quedamos sin trabajo», expresó Esteban en referencia a sus más de 200 colegas, que en algunos casos «tienen hijos con una discapacidad y se quedan sin obra social».

La corporación VF pone en marcha un cese de operaciones en la región.»Se van tanto de Argentina como de Brasil», precisó el empleado. Desde la empresa «no quieren reconocerlo», explicó, «pero sabemos que la situación del país llevó a esto. Los números cada vez cerraban menos, nunca podíamos llegar a los objetivos«.

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