Alejandro Ripani, fundador de Tía Maruca. Foto: Carlos Monti

La fábrica de galletitas Tía Maruca, fundada hace 22 años, está en crisis. En su planta sanjuanina, los 400 trabajadores cobran los sueldos atrasados y aún no les pagaron el aguinaldo. El dueño es Alejandro Ripani, el mismo empresario pyme que hace dos años salvó a esos mismos 400 empleados cuando PepsiCo anunció que dejaría de operar esa planta. «No vamos a cerrar, defenderé todos los puestos de trabajo», le dijo a BAE Negocios.

En 2017, Ripani fue casi un héroe en San Juan cuando invirtió U$S5 millones para comprar la planta Dilexis de PepsiCo. La empresa estaba a punto de cerrar por tercera vez en sus 37 años de vida. Se quedó con los 400 trabajadores que estaban al borde del despido. Prometió duplicar la producción y lo logró, pasó de 700 toneladas a 1500.

El dueño de Tía Maruca quería armar una plataforma industrial que le permitiera abrir nuevos mercados de exportación e incrementar su participación local posicionándose como la tercera empresa del rubro, detrás de gigantes como Arcor y Mondelez. Existía un compromiso para seguir fabricando las galletitas Toddy con chips de chocolate, que estaban bajo el paraguas de PepsiCo, pero el grupo multinacional no cumplió con los volumenes comprometidos.

El dueño de Ría Maruca, señaló: «Sólo me atrasé 5 días en pagar el aguinaldo y los sueldos los pago de a poco, pero ya normalicé las obras sociales».

Los principales problemas son: «aumento de insumos, suba de los servicios, haber confiado en un modelo económico con tasas ed 13% que hoy están a 80% y las rigurosas condiciones de ARBA y AFIP, es muy difícil todo», señaló Ripani.

Fuente Bae

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