Un nuevo capítulo en la causa Fotocopias fue puesto al aire ayer en todos los medios hegemónicos tras haberse difundido que el arrepentido chofer había hecho importantes nuevos aportes en la causa que inició con fotocopias de los cuadernos incinerados.
Sucede que tal como se conoció, el remisero que dio inició a la más bochornosa causa judicial que tramitan el binomio Bonadio-Stornelli regresó ayer a los tribunales federales, por primera vez desde agosto cuando quedó detenido en un lugar custodiado, para acercarle un escrito al juez buscando fundamentar su inocencia. No para hacer nuevos aportes que lleven a dilucidar las responsabilidades de los acusados en posibles delitos de corrupción.
En las primeras horas de la mañana hubo una reunión con su abogado, el defensor oficial Gustavo Kollman, a quien le llevó una nota manuscrita para el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli en la que, según trascendió, «complementó con nuevos datos los que ya entregó en agosto cuando reconoció que todos aquellos cuadernos manuscritos eran de su puño y letra.»
Según se pudo conocer, el primer arrepentido en la causa apenas relató un entredicho con su exjefe sobre el pedido de un préstamo para la compra de un auto, que le fue negado por Baratta.
El tan mencionado manuscrito refiere esencialmente a situaciones por las que atravesó y en los padecimientos que soportó por no poder revelar todo lo que venía escribiendo en sus diarios de viaje. El texto hace foco en el temor que tenía a perder su trabajo.
En la última parte, dijo que recién ahora, que ve las noticias, tomó consciencia de los hechos. En el escrito se centra en las
Esa situación, cuenta, le ocasionó úlceras y problemas de salud.
Finalmente -cuenta La Nación-, Centeno, detenido, embargado y arrepentido, se pregunta por qué está imputado si era un simple remisero que nunca participó de los hechos ilícitos que, siempre según sus dichos, no se llevó un peso de ello.