En un hecho tan insólito como aberrante, el presidente Mauricio Macri se refirió esta noche a la supuesta relación que tenía su padre, Francisco Macri, con el kirchnerismo, y lanzó una fuerte acusación al recientemente fallecido: «lo que hizo mi padre era un delito, él formaba parte de un sistema extorsivo del kirchnerismo, en el que para trabajar había que pagar», sostuvo durante la entrevista con el operador mediático Luis Majul, para el programa La Cornisa. Macri no pasó la prueba ni con la ayuda de Majul, se lo vio inseguro, virulento, irreverente y descortés con su interlocutor. A las claras, una entrevista pautada que se fue de las manos y quedó lo que quedó.

Macri, quien ostentó cargos ejecutivos y de decisión en las empresas de su familia, ahora parece querer cargar todas las responsabilidades en su padre, que ya no puede defenderse y tampoco pagar por sus presuntos delitos.

Años atrás, muchos, durante una entrevista con el también fallecido Bernardo Neustadt, el ahora presidente, pero entonces director del holding de los Macri, habló de la patria contratista y reconoció su rol en el grupo empresario.

Mauricio Macri se reconocía como director de varias empresas del grupo familiar

El jefe de Estado, también aprovechó una pregunta de Majul (presuntamente arreglada de antemano) y le apuntó a la expresidenta Cristina Kirchner por haber viajado a Cuba a cuidar a su hija, que se encuentra con un grave problema de salud.

«Pienso que Cristina no está bien, niega la realidad. Le echa la culpa a los demás de lo que ella hizo. Ella no cuidó a sus hijos involucrándolos», disparó.

En otros fragmentos de la entrevista, que se emitió grabada y editada, Macri señaló que “no tenemos moneda, porque tenemos inflación” y celebró que “no hay más cepos”, al tiempo que reiteró que “íbamos camino a Venezuela”.

El líder del PRO reconoció el aumento de la pobreza, pero aseguró que “hemos atacado pobreza estructural”, citando presuntos avances en obras de infraestructura y de agua potable.

Hizo una extraña autocrítica al explicar que “fuimos demasiado optimistas en que íbamos a resolver inflación, mientras convencíamos a la dirigencia argentina de que no se puede gastar más de lo que se tiene”, pero aseguró finalmente que “empezamos a ordenar la macroeconomía”.

“No cometí ningún delito, me hago cargo del agobiante clima social porque lo siento más que ninguno y no tengo miedo de ir preso”, concluyó -por ahora- ocupante de la Casa Rosada.

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