Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) puso la lupa sobre la industria automotriz y arrojó cifras alarmantes. Es que la destrucción de empleos, tanto en las terminales como en las autopartistas es muy grave y el reemplazo de partes nacionales por importadas otro tanto.

Según el trabajo entre el primer trimestre de 2015 y 2018, “la pérdida de puestos laborales ascendió a 4.469, es decir una reducción del 5,51% en la plantilla de personal”.

El estudio remarca que el sector más perjudicado “con una merma de más de 2.500 puestos de trabajo es fabricación de partes, piezas y accesorios, este último, constituido en una amplia mayoría por empresas PyMEs”.

Además el rubro fabricación de vehículos fue “el que más cantidad de empleos prescindió (-2.288) siendo que son las grandes terminales automotrices las que se encargan de la producción de vehículos”.

Para el CEPA los datos marcan tres procesos interrelacionados: “el primero relacionado con la caída de la producción de vehículos, el segundo vinculado a la caída de las ventas de automóviles producidos localmente y, en tercer lugar, un aumento de la participación de los automóviles de origen importado en el mercado nacional”.

“Hay un claro aumento de la participación de las importaciones sobre las ventas totales: se pasa del 53,8% en los primeros meses del año 2015 al 71,6% en el mismo periodo de 2018, es decir, casi 20 puntos porcentuales en tan sólo 3 años, lo que implica un claro reemplazo de producción nacional por importada”, explica el informe.

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