El titular del Sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi, hizo gala de su revanchismo ideológico, falta de capacidad de gestión y también de su torpeza. Justificó los 357 despidos en la agencia estatal Télam, con vergonzosos señalamientos hacia los trabajadores, persecución ideológica y gremial, pero sobre todo con mentiras de la peor calaña.
El intento por endilgarle responsabilidades a los trabajadores por posible esrrores cometidos en la gestión anterior de la agencia estatal no caló y los diputados lanzaron munición gruesa contra el funcionario y sus escoltas, Rodolfo Pousá, presidente de Télam; Ricardo Carpena, vicepresidente y Pablo Ciarlero, recientemente designado para ejecutar la limpieza que se venía preparando desde hace mucho tiempo atrás.
La única justificación del secretario con rango de ministro fue acusar a la gestión kirchnerista que según él, «pasó de ser de una usina de periodismo a un espacio de militancia partidaria», en tanto que los diputados de la oposición lo denunciaron por «persecución ideológica y sindical».
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Lombardi ingresó a la sala más grande del anexo de la Cámara baja para asistir a la reunión de la comisión de Legislación del Trabajo en medio de un clima de tensión, con trabajadores que sostenían pancartas con la leyenda «No a los despidos».
Lombardi precisó que entre 2003 y 2015 la agencia «cuasi duplicó» su plantilla, pasando de 479 a 926 empleados, y que más de 50 fueron incorporados «en un sólo día de noviembre del 2015», pero omitió decir, pese a que fue consultado por el diputado Walter Correa, cuántos empleados tenía Télam antes del primer desguace perpetrado por el mismo presidente de hoy, Rodolfo Pousá. La respuesta es cerca de 800.
Lombardi repasó otros supuestos «desmanejos» que a su juicio derivaron en la decisión drástica de desprenderse del 40 por ciento del personal.
«Resultan inadmisibles el nivel de ausentismo, la cantidad de francos no justificados, los cobros de adicionales injustificados y la bajísima productividad comparada con cualquier agencia internacional. Todos estos desmanejos mellaron el atributo más importante de una agencia de noticias: su credibilidad con la correspondiente pérdidas de abonados», indicó.
«La agencia pasó de ser una usina de periodismo a un espacio de militancia partidaria cuando no de operaciones políticas o privilegios individuales. Frente a este diagnóstico es obligación de las autoridades de Télam producir un reordenamiento profesional que nosotros hemos aprobado, que no sólo protege el interés de todos los argentinos sino que brinda viabilidad a la empresa en los años por venir», sostuvo.
El funcionario le atribuyó responsabilidad por los despidos al kirchnerismo por el «uso prebendario y abusivo de recursos del Estado», que consideró «una estafa a los contribuyentes y una estafa a los propios empleados que sufren las consecuencias».
También abrió fuego contra la comisión interna de Télam al denunciar la «congestión sindical» que había con 60 empleados amparados en sus «fueros gremiales», al tiempo que cuestionó «las 61 medidas de fuerza» que -según indicó- se adoptaron en los últimos dos años y medio para advertir sobre distintas situaciones conflictivas en la agencia: «un promedio de dos por mes», lamentó.
Lombardi no respondió casi nin guna pregunta y se abocó a chicanear, elaborar comparaciones inútiles y básicamente ensayó argumentos falaces e insólitos para justificar lo injustificable. Tampoco precisó los motivos por lo cuales el directorio no aplicó el procedimiento preventivo de crisis previo a la desvinculación de los trabajadores (un planteo formulado por el diputado del PRO Eduardo Amadeo), ni a qué razón se debió que los telegramas hayan sido enviados sin detallar causa de despido.
Por su parte, Pousá recalcó que «parte del servicio de Télam no se ajustaba a criterios periodísticos profesionales», y se refirió a una «estructura funcional de recursos humanos sobredimensionada que complicó el futuro de la agencia».
A su turno, el diputado del Frente para la Victoria Leopoldo Moreau insistió en que los despidos constituyen una «persecución por motivos ideológicos y gremiales» y alertó que eso le va a costar al Estado nacional presentaciones ante la Relatoría de Libertad de Expresión de las Naciones Unidas y ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
«Nunca nadie a lo largo de estos años de democracia ha tenido la impunidad de decir que estas decisiones se tomaron por compromisos ideológicos o por actitudes gremiales. En ese sentido hay que agradecerle la sinceridad pero me parece que como funcionarios nacionales están cometiendo una grave irresponsabilidad», dijo el legislador kirchnerista.
Moreau le recordó a Lombardi que la actual conducción de Télam invirtió en cursos de capacitación en el que participaron empleados que luego fueron despedidos: «Tampoco esto es muy compatible con un criterio de eficiencia», criticó.
«Quieren destruir esta agencia porque en definitiva buscan suprimir el pluralismo. El proyecto político que están sosteniendo necesita de una sola voz», concluyó.
Por su parte, el diputado del Frente Renovador Facundo Moyano dijo que «es cierto» que los que eran opositores durante el kirchnerismo no tenían lugar en los medios públicos, pero esgrimió que eso no podía ser utilizado como argumento para «este avasallamiento a la dignidad de los trabajadores».
«Y si tantos argumentos tienen para echar a trabajadores, ¿por qué no los echaron con causa?», lanzó el renovador.
Moyano también acusó al Gobierno de ser “cómplice” de los despidos: “No tienen humanidad y cometen una canallada”. Desde la izquierda, Nicolás del Caño sostuvo que los de Telam “son los primeros despidos del FMI”. Y Silvia Horne, del Movimiento Evita, acusó al gobierno de propiciar el “desguace” de la agencia estatal. Fue objetado también los despidos de corresponsales.
CANALLA lombardi :CLARO EXPONENTE de MISERABILIDAD, OBSECUENCIA, IGNORANCIA, REVANCHISMO.
ELEMENTO PÚTRIDO y DESECHABLE.
EL PUEBLO LO LLEVARÁ A PSGSR SUS RUINDADES.
CANALLA lombardi :CLARO EXPONENTE de MISERABILIDAD, OBSECUENCIA, IGNORANCIA, REVANCHISMO.
ELEMENTO PÚTRIDO y DESECHABLE.
EL PUEBLO LO LLEVARÁ A PAGAR SUS RUINDADES.