Macri y un cinismo superlativo: «veníamos bien pero pasaron cosas»

En medio de una debacle política y económica que azota al gobierno de Cambiemos, y tras varios cambios en el mejor equipo en los últimos 50 años, el presidente Mauricio Macri salió públicamente a justificar lo injustificable. Según intentó explicar, «veníamos bien pero pasaron cosas. El mundo está volátil», le dijo en un mano a mano al periodista Jorge Lanata.

El presidente acusó a los legisladores peronistas en ser los responsables del fin del financiamiento al país, lo que devino, según él, en la necesidad de acudir al auxilio del Fondo Monetario Internacional.

«Esos que tenían que financiarnos nos decían, ustedes dijeron que van a necesitar 10 pesos (simbólicamente), nosotros estábamos dispuestos a financiealos para que se vayan acomodando lentamente en el tiempo, y ahora con esa ley que sacó el peronismo quieren 20. No solo no les voy a dar los 20, sino que tampoco les voy a dar los 10″, dijo Macri con un cinismo superlativo.

De todos modos, hubo algunas respuestas del jefe de Estado que llamaron la atención. Una de ella fue sobre la crisis económica y financiera que se agudizó en el país en los últimos dos meses, con la disparada del dólar y la inflación como consecuencias más evidentes.

Las palabras de Macri fueron, cuanto menos llamativas: «Veníamos bien, pero de golpe pasaron cosas, porque también el mundo está volátil».

Luego dijo que Estados Unidos cambió de presidente, aumentó el dólar, el petróleo, las tasas. «Todos esos que nos prestaban dicen vamos a revaluar todo de vuelta», completó.

El jefe de Estado reconoció así que el gobierno hizo oídos sordos durante más de dos años a todos los que advertían que algo de esta naturaleza podía pasar, dejando al país a merced de las novedades externas que no puede controlar.

Ahora vamos por menos gradualismo, porque justamente deterioramos la confianza del mundo para acompañarnos en este proceso, que ellos empezaron a pensar que con algunos comportamientos podía ser parecido a ‘te amago que voy a recomponerme, que voy a sacarme esta mochila de sobregasto, y después no hago nada’. Pero es el camino que tenemos que seguir defendiendo”.

Sobre los cambios en el Gabienete, Macri justificó que “Hago cambios cuando siento que son para mejorar. Hay un momento en que la gente cumple un ciclo, más allá de que haya hecho un trabajo maravilloso. Estoy infinitamente agradecido, pero hay un desgaste, este es un trabajo muy duro, sobre todo con el punto de partida”, explicó Macri.

Y agregó: “A Aranguren le tocó la peor, recomponer el sistema tarifario, un sistema que cada vez producía menos petróleo y menos gas, y nos deja a los argentinos produciendo más petróleo y más gas, y habiendo recuperado la mayor parte del sistema tarifario”.

En esta línea, remarcó que aún falta “un tercio” de la recomposición del esquema y abundó: “Estamos buscando siempre este equilibrio entre lo que sé que le duele a la gente y la necesidad de que cada uno asuma su tema. La energía cuesta. Cuesta y no la tenemos, la tenemos que importar todavía. Y sin energía no podemos crecer”.

Más allá de las definiciones que vertió el presidente, lo que se pudo observar es un hombre en franca caída, devastado por la realidad que lo sobrepasa y sin capacidad de liderazgo. En todo el tramo de la entrevista deslindó responsabilidades en la pesada herencia y en la oposición. Llegó a decir que la inflación que dejó la expresidenta Cristina Kirchner «no era del 30%, sino del 50%», al entender la inercia que esta traía.