La reforma fiscal anunciada por el Gobierno reducirá la carga tributaria sobre las empresas, al reducir la alícuota de Ganancias del 35% al 25% para las que reinviertan utilidades, permitir descontar la totalidad del impuesto al cheque y la devolución anticipada del IVA a favor por inversiones.
La iniciativa fue presentada ayer por la tarde por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en el marco de una serie de medidas impulsadas por el presidente Mauricio Macri para fomentar la creación de empleo y el crecimiento de la economía.
El proyecto que será tratado por el Congreso tiene como capítulo fundamental una negociación con los gobernadores para reducir ingresos brutos, un tributo que paga toda la cadena productiva y que, para el oficialismo, permitirá ganar competitividad.
La contracara de esta menor presión tributaria sobre las compañías es un mayor peso sobre las familias. Es que el borrador difundido ayer por Hacienda establece un gravamen para la renta financiera de las personas físicas y un incremento en los impuestos internos de alimentos considerados insalubres.
Así, se fija una alícuota del 5% para el rendimiento en pesos que excedan los $52.000 anuales para el caso de los plazos fijos, en tanto que para las Lebac la tasa sería algo mayor porque en ese caso la ganancia es más alta, especificaron en el ministerio. Por su parte, los instrumentos en dólares pagarán un 15%.
En cuanto a los productos “considerados perjudiciales para la población”, según describieron en Hacienda, verán aumentar su carga tributaria. Por ejemplo las bebidas blancas pasarán de pagar del 20% hasta 29%, las cervezas del 8% al 17%, los espumantes del 0 actual al 17% de forma gradual y los vinos y sidras de 0% a 10%.
Las gaseosas, que hoy tributan entre 4% y 8%, pasarán a pagar 17% si tienen azúcar añadido y 0% en caso contrario.
Por otro lado, los cigarrillos cuya carga hoy llega al 75% pasarán a tener un impuesto mínimo y una alícuota del 70%, lo que finalizará con un efecto neutro.
Asimismo, se eliminarán los impuestos internos de artículos electrónicos, hoy del 17% y de los autos y motos de gama media, que actualmente están en el orden del 10%. Por el contrario, los vehículos de lujo como aeronaves, embarcaciones y motos de alta gama pasan a tributar 20% desde el 10% actual.
Otro beneficio para las familias es que se elimina el impuesto a la Transferencia de Inmuebles, el cual será reemplazado por una alícuota reducida del 15% calculada en base a la ganancia de capital surgida de la diferencia entre el precio de venta y el de compra de la segunda vivienda.
La reforma, que se irá aplicando de manera gradual, permitirá reducir la carga tributaria en 1,5 puntos del producto a lo largo de los cinco años en los que se implementará, aunque este costo fiscal podría achicarse hasta el 0,3% si a raíz de los cambios introducidos la economía empieza a crecer más rápido.
Además de los beneficios mencionados, las empresas no pagarán contribuciones patronales por los salarios equivalentes al mínimo (hoy en $12.000 brutos), monto que se irá actualizando por inflación y que promete una revolución del trabajo precarizado.
También habrá cambios en los impuestos a los combustibles que hoy se dividen en varios: serán unificados en un solo tributo, compuesto por dos montos de suma fija, para desacoplar la recaudación de las variaciones en el tipo de cambio y el precio internacional.
Además, el proyecto de reforma tributaria incluirá modificaciones al monotributo, al permitir una mayor deducción del impuesto a las Ganancias, pero el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aclaró que no habrá cambios en las escalas actuales.
El ministro indicó que se busca simplificar el régimen pero manteniendo las condiciones actuales en cuanto a categorías y cuotas, aunque la recategorización pasará a ser dos veces por año en vez de las tres actuales.
Las simplificaciones tienen como base reducir a dos el número de recategorizaciones anuales y las eliminación de ciertos requisitos como cantidad de empleados para ingresar en alguna de las escalas vigentes.
Por otro lado, el proyecto propondrá duplicar el importe de la deducción especial que podrán computar los trabajadores autónomos a cuenta del impuesto a las Ganancias.
El objetivo es reducir el diferencial con los trabajadores en relación de dependencia, que pueden deducir montos significativamente mayores, por lo que la medida dará “un tratamiento más equitativo”, según la presentación de Hacienda. Además, la iniciativa “otorgará mejores condiciones tributarias a los emprendedores”, aseguró el ministerio.