El rumbo de la economía es comparable al de un barco de las dimensiones del Titanic navegando a toda velocidad de frente e un iceberg. Lo que supo ser uno de los grandes pilares de la actividad económica se desploma producto de la caída del salario real, y el poder adquisitivo, la destrucción de la industria nacional y las pymes, los tarifazos y la apertura de importaciones.
De ese modo, los supermercados facturaron en el quinto mes del año un total de 26.644 millones de pesos, mientras que los centros de compras hicieron lo propio por valor de 4.572 millones de pesos.
El reporte oficial indicó que la jurisdicción donde se registraron los incrementos de facturación mas importantes, a valores reales, fue la Ciudad de Buenos Aires, con el 22,8 por ciento.
Le siguieron el área metropolitana del Gran Buenos Aires con el 22,4 por ciento, Entre Ríos, con el 21,8 y Córdoba, con el 21,4 por ciento.
Tucumán fue la provincia en la que se registró la menor suba nominal de facturación en supermercados, con una mejora de solo el 10,6 por ciento respecto de igual mes del año pasado.
En tanto que en Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis, la facturación de las grandes superficies de ventas minoristas subieron apenas 13,2 por ciento.
Por el lado de los shoppings, la mayor facturación a valores reales fueron para el rubro Juguetería, con un incremento del 29,6 por ciento, por encima de la inflación anual para ese mes.
Los patios de comidas y los kioscos incrementaron sus ventas en un 27,2 por ciento, respecto de mayo del 2016, amoblamientos, decoración y textiles para el hogar 24 por ciento, librería y papelería 21 y ropa y accesorios 20,4 por ciento.
El rubro más afectado por la caída del consumo fue el de diversión y esparcimiento, que en mayo cayó en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, 5,6 y 9,3 por ciento, en forma respectiva.