Así, en estos días, se repiten las tapas y los informes con los nombres de Julio De Vido, José López, Oscar Parrilli, y hasta la massista Margarita Stolbizer intenta directamente pegar a la corrupta empresa brasileña con la figura de la ex presidenta a través de adjudicarle un hotel desconocido, que en verdad sería de un ex socio de los Kirchner en Santa Cruz.
Sin embargo, el nombre que no fue puesto en primer lugar es el de Javier Sánchez Caballero, ex gerente de Iecsa, la empresa que era de Macri, fue «vendida» a su primo Ángelo Calcaterra -socio de Odebrecht en el soterramiento del Sarmiento, en Buenos Aires-, que ante las múltiples denuncias de «conflicto de intereses» la habría vendido al empresario macrista Marcelo Mindlin (el mercado nunca pudo confirmar esta última transacción debidamente).
Sánchez Caballero es uno de los 42 nombres que integra la lista que habría entregado la justicia de Estados Unidos, luego de que hayan sido mencionados en los tribunales de ese país por parte de los coimeros del gigante carioca.
Los «delatores» habrían detallado quién fue sobornado, qué día, mediante qué banco se le pagó y por cuál de sus sucursales. Además, habrían tenido que dar el número de cuenta en la que depositaron lo que ellos describieron como «sobornos».
Uno de los beneficiados por el dinero sucio de Odebrecht habría sido Sánchez Caballero, que fue director comercial de Iecsa, hasta que Mindlin lo habría desplazado en marzo luego de hacerse cargo de la ex empresa del Presidente, a la que rebautizó como Sacde.
Según versiones periodísticas, Sánchez Caballero se reunió al menos dos veces con el presidente Mauricio Macri en la última visita de éste a China, hace un mes atrás. En ambas ocasiones, desayunaron en el elegante comedor del hotel Shangri-La.
De las reuniones también participó la primera dama Juliana Awada y la pequeña Antonia, con una imponente vista de Beijing como telón de fondo. Según los periodistas que fueron testigos, el primer mandatario le confirió un trato amable y familiar, como dos personas que se conocen de toda la vida. De hecho, el ex ejecutivo de Iecsa ingresó a la compañía en 1980, cuando un joven Mauricio daba sus primeros pasos en el emporio creado por su padre Franco.
Según el diario brasilero O Estadao do Sao Paulo, luego de acceder a un documento oficial de la investigación llevada a cabo por la Policía Federal de Brasil sobre los sobornos de Odebrecht, hay datos en e-mails y backups de la computadora de Mauricio Couri Ribeiro, ejecutivo de Odebrecht en la Argentina, que comprometen a Sánchez Caballero.
El empresario brasileño dejó asentado que un representante de Iecsa, de nombre Sánchez Caballero, mantuvo reuniones para tratar el pago de coimas a funcionarios argentinos. En la computadora analizada, hay al menos cinco mensajes relacionados con el pago de coimas en el soterramiento del Sarmiento. En uno de ellos, de junio de 2010, se cita una reunión para debatir el pago de un soborno con Sánchez Caballero. Couri Ribeiro apuntó la frase: «DGI-Contacto Directo». Los investigadores detectaron que Marcelo Odebrecht y los ejecutivos de su compañía, investigada en Brasil y Argentina por pagar sobornos por US$ 35 millones, utilizaban una clave para referirse al pago de coimas: DGI.
Sánchez Caballero, primero desde la izquierda, firmando la adjudicación a Odebrecht de los gasoductos cordobeses, obra defendida a escapa y espada por todo el gobierno de Schiaretti a pesar de las denuncias
Los periodistas Fabio Serapião, Beatriz Bulla y Fausto Macedo publicaron que «en otro mensaje, titulado «Reunión Sarmiento», Couri Ribeiro relata tres valores de DGI (coimas) por un total de US$ 20 millones. En el mismo e-mail cita a Lourenço Ghella, de la empresa italiana Ghella, miembro del consorcio de la obra del Sarmiento junto con Odebrecht, Iecsa y Comsa.
Ghella podría llegar a reemplazar a Iecsa en el soterramiento del Sarmiento, según comienzan a asegurar periodistas oficialistas en las últimas horas.
Junto con el actual espía jefe de la ex Side, Gustavo Arribas, amigo e inquilino presidencial, y sindicado judicialmente por el coimero de Odebrecht Leonardo Meirelles como destinatario de diez de sus giros de dinero para coimas, Sánchez Caballero es el argentino más comprometido como posible corruptor de quienes controlaban los grandes contratos de obra pública en el país.
Luego de las reuniones en territorio chino, Macri instruyó a su ministro de Justicia, Germán Garavano, y al flamante procurador del Tesoro, Bernardo Saravia Frías, para que iniciaran una negociación secreta con Odebrecht a fin de hacerse de la información sobre las coimas, que todavía hoy continúa.