Asistimos a un nivel de cinismo que no tiene precedentes. Sacar a la vicepresidenta de la Nación, en su condición de discapacidad, para justificar la burrada que han hecho es de una pobreza y un cinismo superlativos.
Luego de la aventura que emprendieron respecto de las pensiones por discapacidad, que por primera vez motorizaron una marcha al obelisco en reclamo de la restitución del beneficio a quienes padecen una condición que les impide -en buena parte de los casos- acceder a un empleo o poder desempeñarlo sin obstáculos, la justificación a instancias de Michetti, realmente no tiene precedentes en la historia de nuestro país. Es el odio en su máxima expresión. Una muestra más de indolencia por quienes más necesitan la asistencia del Estado y que, en lugar de estar presente para los sectores más vulnerables, no solo se ausenta deliberadamente sino que abandona todo tipo programas de asistencia social implementados en los últimos años justamente para garantizar la igualdad o el intento de igualar a cada argentino en su condición de persona.
Resulta indignante escuchar a la vicepresidenta, luego del escándalo que armaron, salir a decir que «este gobierno ha establecido por primera vez en la historia una política de Estado para la discapacidad»
No lo hicieron en los años que llevan al frente de la Ciudad de Buenos Aires, que tiene a las organizaciones que representan a personas con discapacidad reclamando desde siempre política que mejore la accesibilidad y permita el normal desplazamiento de quienes tienen impedimentos motrices y menos en materia de programas de asistencia.
Un informe de la Agencia de Noticias Télam realizado en 2013 cuando Mauricio Macri gobernaba la Ciudad y Michetti era candidata a senadora da sobradas muestras de esta mentira berreta y oportunista de la vicepresidenta.
Silvia Valori, asesora de la asociación civil Incluir, sostenía en 2013 que su peor problema no es su incapacidad para caminar, sino las condiciones en que se encuentra la Ciudad de Buenos Aires, una metrópolis nada amigable para personas con problemas de movilidad.
«Es terrible el estado en que se encuentran las veredas y calles, para una persona que se desplaza en silla de ruedas es imposible manejarse en esta ciudad, sin la ayuda de una o más personas que la asistan»
También señalaba en aquel momento que «Es lamentable que el PRO, que gobierna en la Ciudad y que tiene a Michetti, quien también padece una incapacidad motora, como candidata a senadora, no tenga iniciativas profundas para solucionar la problemática de los discapacitados».
Sin embargo, hoy 4 años más tarde, Michetti asegura que «Este es un Gobierno que tiene absoluta conciencia sobre como debemos trabajar en esta materia para asegurar igualdad de oportunidades y atender las necesidades de las personas con discapacidad».
Michetti miente, ahora y antes. El PRO nunca se ocupó de darle solución a las personas con discapacidad y las pruebas están a la vista. Ahora, luego del escándalo que conmocionó hasta a los ultra macristas, y con las elecciones a la vuelta de la esquina, vuelven con la lógica de marchas y contra marchas, como si eso borrara de plano la burrada que cometieron. En buena hora que restituyan el derecho que le quitaron a miles de personas que dependen de ese beneficio para sostenerse, pero de ninguna manera pueden volver a «foja cero». La manaca está hecha y se la van a facturar.
Para arreglar un poco la bestialidad que hicieron, la vicepresidenta se justificó con un argumento que no tiene pies ni cabeza, indicó que el Ministerio de Desarrollo Social observó la existencia de «irregularidades con tono de corrupción» en un programa de pensiones no contributivas.
Dijo que «se encontraron casos de personas sin discapacidad» que estaban recibiendo pensiones.
«Ese dinero no podía ir a cualquier lado y se empezó a investigar. Tuvimos la pésima suerte de que a personas que debían tener la pensión se les dio de baja, pero inmediatamente se corrigió el error y se les devolvió».
Parece que tuvieron otro error de carga.
Que puede hablar esta mentirosa de primera que apenas asumió echó a todos los discapacitados del Senado, lo que pasa que es una resentida que no puede ver a otro discapacitado por encima de ella y si a ella le sacaran el sueldo pondría el grito en el cielo y sería un sainete de nunca acabar, esperemos que en octubre el pueblo se acuerde y en las urnas revienten de votos en contra.