Las nuevas autoridades del INCAA no cumplieron con su palabra y este lunes vence el plazo solicitado por actual presidente, Ralph Haiek, y el gerente general, Juan García Aramburu, para resolver la situación de los cuatro trabajadores despedidos.
Según adelantaron a este medio fuentes internas del Instituto, la reincorporación está prácticamente descartada y se están preparando nuevos desplazamientos.
Además, las productoras y distribuidoras de cine nacional, no están recibiendo los pagos adeudados por el organismo.
Luego de las protestas de directores, guionistas, productores y actores del cine argentino ante la operación mediática del propio oficialismo contra el ex director, Alejandro Cacetta, el Instituto y su nueva dirección ratificaron la política de fomento al cine nacional, esto calmó la ira de la industria que había salido con uñas y dientes a defender sus intereses, pero no garantizó la reincorporación de los despedidos, ni de continuidad para los que todavía se desempeñan en el INCAA.
Por esto, los trabajadores y trabajadoras del instituto decidieron en Asamblea convocar a la comunidad audiovisual, estudiantes de carreras audiovisuales y a trabajadoras y trabajadores de otros organismos a movilizar a las puertas del Instituto, ubicado en Lima 319, este lunes, a las 12 del mediodía para exigir la reincorporación.
Las pruebas presentadas esta semana no dejan lugar a dudas que se trata de trabajadores que realizan tareas habituales y permanentes y están capacitados para cumplirlas, por lo que dejar esas áreas sin ese personal atenta al normal desarrollo del organismo.
Según el comunicado difundido por la junta interna de ATE, las causas de sus despidos no se sostienen. Todos ellos tenían una modalidad de contratación aún más precaria que los contratos de locación de obra, a través de los cuales el Estado empleador incurre en fraude laboral. Figuraban para el Instituto como “proveedores” a pesar de que van a trabajar todos los días. Ni las gestiones anteriores ni la actual han dado una respuesta positiva a los reclamos de que se los regularizara. Ningún trabajador (y tampoco ningún jefe de área) tiene la potestad de imponer y decidir sobre la manera en que se los contrata. La responsabilidad es de los funcionarios, del Estado empleador que precariza a las y los trabajadores violando sus derechos y dejándolos en situación de vulnerabilidad.
Los cuatro despedidos tenían funciones específicas, habituales y permanentes: Pedro Jacomet (egresado de la ENERC) y Lucas Sierra, especialistas en sonido, trabajan en el área de Patrimonio, en donde realizan -entre otras tareas- la puesta técnica de diversos eventos del Instituto y en los festivales de cine que se realizan en todas las regiones del país. Maximiliano Rodríguez Siracusa (también egresado de la ENERC) es uno de los dos camarógrafos que tiene el INCAA y trabaja en la producción y planificación técnica del Centro de Producción Audiovisual, así como en el registro de los numerosos eventos. Ian Baena desarrolla sus tareas en el área de Tecnología e Informática, en donde soluciona los problemas técnicos de las computadoras de compañeros y compañeras de todos los edificios que componen el Instituto.
Al confirmarse su designación como presidente del INCAA, Ralph Haiek realizó recorridas por todos los edificios del Instituto, en las que les afirmó a las y los trabajadores que “no estaba en riesgo ningún puesto de trabajo”, y que no asumía para “administrar la escasez, sino más bien todo lo contrario”. De igual manera que lo hizo ante los medios de comunicación, la Asamblea Federal y el Consejo Asesor –órganos que cogobiernan el INCAA-.
Sin embargo, según detallaron en la misiva enviada a los medios «hasta el momento hay cuatro compañeros que esperan volver a trabajar para sostener a sus familias».