Soterramiento Ferrocarril Sarmiento
La monunmental obra del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento que el presidente le adjudicó a la entonces empresa familiar IECSA de su primo Calcaterra.

Pese al pedido de la diputada Margarita Stolbizer (GEN) que exigió ayer al gobierno nacional suspender las obras públicas que está ejecutando la constructora brasileña Odebrecht, especialmente el soterramiento del Sarmiento, donde además de los brasileños está asociada IECSA, la empresa que controlaba el primo del presidente -que muchos sindican como su testaferro- Angelo Calcaterra y que ahora está en manos del magnate de la energía Marcelo Mindlin, desde el Ejecutivo hacen oídos sordos y miran para otro lado.

El dato a tener en cuenta es que Mindlin mantiene estrechos vínculos con el magnate Joseph Lewis, también vinculado al negocio energético -entre tantos otros- que suele prestar sus aviones y helicópteros a Macri y recibirlo en su gigantesca estancia de Río Negro donde el presidente y su familia pasan parte de sus vacaciones.

El problema radica en que si el gobierno suspende las obras del soterramiento, Marcelo Mindlin se queda sin el principal activo de IECSA, y a Macri parece no contentarlo la idea de dejar a sus ‘amigos’ sin el formidable negocio.

Sin embargo, el conflicto va a saltar mas temprano que tarde, cuando el arrepentido Leonardo Mirelles preste testimonio ante el Fiscal Federico Delgado, y seguramente volverá a implicar a Gustavo Arribas, director de la AFI, quien fue sobreseído por el juez Canicoba Corral sin pedir ese testimonio. Delgado ya apeló ante la Cámara Federal, y presumiblemente esta anulará la decisión de Canicoba por la declaración del arrepentido Mirelles, problema en puerta.

Otro arrepentido de Odebrecht implicó a Sánchez Caballero, ex CEO de IECSA que Mindlin despidió. No obstante, de confirmarse que efectivamente recibió los 20 millones de dólares de coima como se sospecha, el soterramiento del Sarmiento se cae solo por la corrupción del Lava Jato y deja pegado al gobierno nacional que no podrá hacerse el distraído porque Stolbizer ya avisó.

print