Por Gabriel Eiriz – @gabrieleiriz
Nuevamente el presidente embiste contra la provincia de la gobernadora Alicia Kirchner, y lo hace en público y sin ningún tipo de tapujos. Es que a Macri todo lo que contenga la letra K lo incomoda sobremanera. Dentro de su equipo filtraron hace un tiempo que en medio de una reunión el presidente aseguró que «habría que eliminarla del abecedario». Las muestras de odio que exhibe Mauricio Macri a quienes se identifican con el liderazgo de la expresidenta Crisitna Fernández no hacen más que certificar sus carencias en términos de tolerancia, amplitud y respeto y todo lo que debe representar un verdadero jefe de Estado.
«Viendo lo que pasa en Santa Cruz tenemos que alejar la figura del Estado, de que parezca un aguantadero de la política», Macri
Esta mañana en medio del relanzamiento del INAP, justamente en el Centro Cultural que lleva por nombre el apellido del ex presidente Néstor Kirchner, el mandatario volvió a insitir con el concepto de «aguantadero» a la hora de referirse a la provincia patagónica, instando subrepticiamente a la gobernadora a motorizar el ajuste que le exige el gobierno nacional para recibir la ayuda económica que necesita para costear sus gastos. Esto es lisa y llanamente: despidos en el sector público.
«De lo que estamos seguros, viendo lo que pasa en Santa Cruz y tantos otros lugares, es que tenemos que alejar la figura del Estado, de que parezca un aguantadero de la política», dijo delante de funcionarios y empresarios.
Al encabezar el acto de relanzamiento del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), en el Centro Cultural Kirchner, el Presidente llamó a avanzar en la senda de la capacitación, la renovación y el conocimiento, al remarcar que cuando alguien dice «‘soy empleado público’, se lo descalifica y eso le resta dignidad».
«Siento que este es un camino que no termina, el de modernizar, acercar, transparentar la acción del Estado, a través de una mejora en los recursos humanos», expresó Macri, al destacar que este tipo de acciones «nos pone en marcha en este siglo 21 que nos desafía».
En esa línea, sostuvo que «se reduce la pobreza desarrollando el país, en todo el territorio y no sólo en centros urbanos. Y es necesario que el sector público acompañe, que entienda la magnitud del desafío», planteó.
Sin embargo, hace poco se conoció un informe que reveló que fue justamente él quien convirtió el Estado en un aguantadero, al agrandar su estructura en poco mas de un año un 25%. Hay que remarcar que Macri no metió en el Estado simples trabajadores, sino que desplazó personal jerárquico, ampliamente capacitado y con vasta experiencia por nuevos yuppies que cobran sueldos monumentales.
Sin embargo una cosas es lo que el presidente dice y otra muy diferente lo que el presidente hace. Durante su exposición Macri aseguró que «el Estado es un lugar que tiene que convocar a partir del concurso público», al tiempo que planteó terminar con «decir ‘soy empleado público’, ligado a algo que lo descalifica, que le resta dignidad». Niguno de los nuevos funcionarios y empleados públicos que ingresaron de la mano del macrismo lo hizo por concurso, entraron todos por la ventana.
El Presidente encabezó el acto de la relanzamiento del INAP, la escuela rectora de formación para empleados públicos, que tiene por objetivo «construir un Estado al servicio del ciudadano, jerarquizando al empleado público mediante programas y planes para que adquiera capacitación para su desarrollo profesional», según expresó, aunque en la práctica nada de eso sucede.