Tarifazo al gas

El gobierno volvió a utilizar una audiencia pública como simple trámite para sortear potenciales demandas judiciales. Ahora Aranguren aprovecha la que se desarrolla hoy en el Teatro de la Ribera, en el barrio porteño de La Boca, para anunciar una reducción del 5 por ciento a los subsidios que se aplican sobre la producción de gas natural, que representa aproximadamente un 40 por ciento del valor de la factura que reciben los usuarios residenciales, por lo que el costo pasará de 3,42 a 3,77 dólares el millón de BTU.

En este caso, las más perjudicadas son las pymes que verán incrementos del orden del 500%, es decir que las facturas se multiplicarán por 6 respecto del mismo mes del año pasado. Esto sumado a la caída del consumo, la pérdida de competitividad de las pequeñas empresas que ahora compiten con productos importados de Asia, que ostentan valores ridículosm si se consideran los costos de producción local, ponen definitivamente en jaque al sector más productivo del país y que más puestos de trabajo genera.

«Se ha dispuesto que en todas las facturas que superen 250 pesos, con impuestos, la nueva (que regirá desde el mes que viene) nunca puede superar entre 300 a 500 por ciento respecto del mismo período del año anterior», dependiendo de cada categoría, indicó.


Así se destruye el tejido productivo de un país


El ministro sostuvo que el objetivo del Gobierno es lograr «una reducción gradual y previsible de los subsidios a la producción y la importación de gas natural», para «no sólo recuperar en tarifa el costo económico de la producción, sino ir reduciéndolo».

El titular de la cartera de Energía explicó que «el 60 por ciento de los argentinos tiene acceso a la red de gas natural» y que «hoy se está subsidiando el 50 por ciento del consumo» en general, mientras que «en el caso de la Patagonia alcanza al 81 por ciento».

«Queremos un suministro sostenible en el tiempo, promoviendo la producción local, para minimizar las importaciones, subsidiar a la demanda y no a la oferta, con un sistema equitativo y federal, y fomentar el ahorro y consumo eficiente», expresó el ministro.

El titular de Energía señaló que durante «2016, el 26 por ciento del suministro se los llevó la industria pagando 4,17 dólares; el 38 por ciento las usinas, pagando 5,20; el seis por ciento el GNC, el 24 por ciento el sector residencial, el tres por ciento el comercial y el dos por ciento la tarifa social».

También destacó que durante el año pasado, el Estado Nacional pago subsidios por 2.690 millones de dólares, producto de la diferencia entre lo que cobró la oferta (5,22 dólares el millón de BTU) y lo que pagó la demanda (3,97 dólares).

Tras señalar que «estamos cubriendo el 50 por ciento» del consumo con subsidios, Aranguren comentó que los precios que se pagaron el año pasado por la importación de gas fue de 7,09 dólares el millón de BTU proveniente de Chile; 3,56 el de Bolivia y 11,20 el gas oil que se utiliza en invierno para garantizar el suministro.

Respecto de la reducción de los subsidios, el ministro indicó que «va a ser gradual, del cinco por ciento, con excepción de Malargüe, La Patagonia y La Puna, en donde habrá una reducción de 81 al 75 por ciento» del nivel de subsidio para la producción en boca de pozo.

«Bajar el 50 al 45 por ciento el subsidio implica que pasa de 3,42 dólares el millón de BTU a 3,77 para todas categorías residenciales», puntualizó el ministro

Todo indica que el gobierno avanza hacia un modelo exportador de productos primarios y de prestación de servicio con mano de obra barata. Una vez más las políticas neoliberales destruyen el tejido productivo dejando en el camino, cientos de miles de desocupados.

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