El ministro de Hacienda y Fiananzas, Alfonso Prat Gay, un brujo a la hora de dibujar las cuentas públicas.

Al gobierno, las cuentas no le estarían cerrando; aumentó considerablemente el déficit primario, es decir el resultado de la diferencia entre lo que ingresa vía impuestos y lo que gasta el Estado en pagar a funcionarios y sus políticas. Sin embargo desde la cartera que conduce Prat Gay insisten en dibujar los número de las cuentas públicas para que los resultados se acomoden al relato macrista.

Según reveló el ministerio de Hacienda y Finanzas a última hora y sin la posibilidad que la prensa hiciera preguntas sobre el resultado, las cuentas públicas registraron en julio un déficit primario de 25.714,6 millones de pesos, lo que implica un incremento de 112 por ciento con respecto a igual mes del año pasado.


Justificaron los resultados al indicar que se deflactaron los resultados nominales por «un promedio de IPC de la ciudad de Buenos Aires y de la provincia de San Luis»


En tanto, el resultado financiero mostró un desequilibrio de 27.584,2 millones de pesos, que significa un avance del 2.560 por ciento en la comparación interanual (- 1.037 millones de pesos en julio de 2015).

Es decir, en solo siete meses, el saldo primario exhibió un rojo de 146.917,7 millones de pesos, que representa un alza de 37 por ciento frente al mismo período del año anterior.

A su vez, el déficit financiero trepó a 160.806 millones de pesos, que implica un crecimiento interanual de 48 por ciento.

En el informe publicado en el sitio del Ministerio se explicó que «medido a precios constantes del primer semestre del 2015 se aprecia que el déficit primario sin rentas de enero-julio del 2016 muestra una reducción de 1.966,9 millones de pesos (1,8% en términos reales) interanual».

Al igual que a la hora de calcular el supuesto déficit fiscal que heredó del gobierno anterior, el ministerio de hacienda y finanzas echa mano a extrañas formas de calcular las finanzas públicas. Para arribar a esta conclusión Hacienda aclaró que se deflactaron los resultados nominales por «un promedio de IPC de la ciudad de Buenos Aires y de la provincia de San Luis». Cualquier economista avesado podría decir que se trata de una artimaña financiera para dibujar las cuentas.

«El análisis para el mes de julio revela puntualmente que mientras los ingresos primarios aumentaron 25.958,0 millones de pesos (22 por ciento interanual), el gasto primario lo hizo en 39.570,1 millones de pesos (30,7 por ciento interanual)».

En tanto, el incremento del gasto intentaron justificarlo (aunque otra vez es una trapisonda de Prat Gay) por alzas en «Prestaciones de la Seguridad Social» -incremento de haberes y la mayor cantidad de casos cubiertos por moratoria previsional- y «Transferencias corrientes al sector privado» -incremento de los gastos de carácter social como de finalidad económica.

A eso se sumó una suba de «Transferencias corrientes a las Provincias» por la cobertura de distintos déficit de cajas previsionales de dichas jurisdicciones y los incrementos salariales en el sector público nacional.

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