Viniendo del FMI, todo es dicutible, pero lo cierto es que el organismo de las recetas para una crisis, ahora dice que las políticas del nuevo gobierno «impactaron negativamente» en la economía doméstica y que el presidente subestimó el impacto del ajuste y el tarifazo
Según reveló un informe presentado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) «el impacto adverso» de la «transición» económica fue «mayor de lo previsto» en la Argentina y corrigió a la baja su previsión del nivel de actividad en el país para este año, que cerrará con una contracción de 1,5 por ciento.
«El ajuste de los precios relativos en el primer semestre de 2016 -tras la depreciación del tipo de cambio y el alza de las tarifas de los servicios públicos- ha acelerado la inflación y perjudicado el consumo privado»
«El consumo se ha comportado de manera más débil a lo que lo anticipábamos, también la recuperación de la inversión que anticipamos se ha retrasado un poco», señaló Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI en Washington.
El funcionario precisó que «la revisión al crecimiento en el 2016 responde un poco a la evolución que hemos visto en el primer semestre del año de las variables económicas».
«El ajuste de los precios relativos en el primer semestre de 2016 -tras la depreciación del tipo de cambio y el alza de las tarifas de los servicios públicos- ha acelerado la inflación y perjudicado el consumo privado», añadió.
Werner expresó además que si bien «la transición a un marco de política macroeconómica más coherente y creíble sigue avanzando y debería afianzar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, el impacto adverso en la actividad a corto plazo ha sido mayor de lo previsto», de modo que 2016 cerrará con una contracción de 1,5 por ciento y no de 1 por ciento, como se había dicho en abril pasado.
Para el año próximo, el organismo mantuvo la proyección de un crecimiento de 2,8 por ciento de la economía nacional.
«En la economía argentina se ha deteriorado de manera muy importante la inversión en infraestructura, en energía y básicamente hay un espacio muy grande para que se recupere de manera importante, con un proceso de inversión que modernice el stock de capital», aseguró.
Sin embargo, enfatizó que ese punto debe ir «acompañado no sólo de un proceso de normalización macroeconómica, sino también de una mejora muy importante en el marco regulatorio, el marco tributario, como ya se ha venido haciendo, y también en el marco institucional, moverse de manera importante a crear instituciones, crear predictibilidad».
En cambio, el economista Agustín D’Atellis pronosticó que el PIB de la Argentina caerá entre 2 y 2,5% en 2016, un punto por encima de la contracción que proyectó el Fondo en su informe sobre América Latina.
«Dijeron que iba a venir una lluvia de inversiones y no vino ni una garúa, no vino nada»
«Ninguno de los motores de la economía está funcionando. El sector externo está en caída, el sector público se está acotando y el mercado interno está debilitado por la caída del consumo», argumentó el economista vinculado con el kirchnerismo.
D’Atellis afirmó que «la devaluación no mejoró las exportaciones, algo que algunos decíamos que no iba a ocurrir y finalmente ocurrió, y sólo le dio rentabilidad a los sectores concentrados».
«Desde el frente externo no hay impulso porque además nuestro mayor comprador que es Brasil está con una caída del 5 por ciento del producto», agregó.
Luego agregó que «al revés de lo que se planteaba la devaluación se trasladó a precios, más las políticas de ajuste implementadas afectaron el poder adquisitivo de los trabajadores y eso impactó en el consumo.
«Dijeron que iba a venir una lluvia de inversiones y no vino ni una garúa, no vino nada», enfatizó el economista como argumento adicional para sostener su pronóstico.
Además consideró que «la caída será de 2,5 por ciento porque venimos de un efecto arrastre con un 2015 creciendo al 2,4 por ciento, sino sería mayor».