El presidente mauricio Macri supervisando las obras de electrificación del Ferrocarril Roca.

En el peor momento de la economía desde que asumió el nuevo gobierno, luego de casi seis meses de un brutal ajuste (se cumplen el martes 10 de mayo), y pese a la brutal transferencia de recursos de los sectores populares hacia los más potentados, más de 140 mil despidos en los sectores público y privado, junto con el ahogamiento del sector de la pequeña y mediana empresa, que sigue aguantando a pesar de sopapos que recibe de la economía macrista: tarifazos, falta de acceso al crédito, caída exponencial de las ventas y la suba de todos los costos; tanto financieros como de producción, el gobierno parece haber entendido finalmente que la única salida para paliar la crisis es inyectar dinero genuino en el mercado, que recupere los puestos de trabajo perdidos y ponga a girar nuevamente la rueda productiva.

Sucede que las inversiones extranjeras que esperaba el nuevo gobierno no llegan y desde la cartera económica reconocen que los U$S 20.000 millones anunciados desde Davos van a tardar en llegar y se hace imprescindible dar una señal en el sentido del empleo.


la expansión del gasto público en los meses que se avecinan ayudará a compensar la caída del poder adquisitivo


En esta línea, mientras más de la mitad de los argentinos, que hace apenas unos meses reclamaba por la eliminación del impuesto a las ganancias, hoy en un escenario mucho más delicado temen perder el trabajo, varios relevamientos que tiene Macri en su escritorio dan cuenta de esto y por eso el presidente ahora planea crear más de 100 mil empleos directos vía la maquinaria de la obra pública, para esto apuran un desembolso de más de 200.000 millones de pesos.

Según adelantó hoy el diario Clarín, el Gobierno planea inyectar este monto en obra pública de aquí a fin de año. De ese modo, confían muy cerca del presidente Mauricio Macri, la expansión del gasto público en los meses que se avecinan ayudará a compensar la caída del poder adquisitivo que, calculan, llega a 8 puntos porcentuales por culpa de la inflación. El monto destinado a obras será ampliado respecto al del Presupuesto actual ($ 180.000 millones).

En el oficialismo explican que hay $ 220.000 millones para solventar lo que los economistas llaman gastos de capital, esto es, básicamente obras públicas. Y que entre enero y abril utilizaron “sólo $ 25.000 millones” de ese monto. “El resto vendrá ahora”. Justifican que hubo demoras por dos motivos: la herencia recibida impidió poner en marcha antes las licitaciones y la salida del default facilitó el cierre de los programas financiero y monetario. “Ahora tenemos los recursos garantizados”.

Para poner en marcha este plan, hay que ampliar el monto destinado del Presupuesto a obras públicas, el Presupuesto 2016 prevé $ 180.000 millones para estos gastos y el gobierno buscará llevarlo a $ 220.000 millones, y al mismo tiempo esperan poder cumplir con la meta que presentó el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, terminar e año con un 4,8% de déficit fiscal. Por cierto, un valor muy similar de 2015, aunque desde el gobierno intentaron disfrazarlo con un valor más alto y así justificar «la pesada herencia».

Hay que decirlo, en hora buena el gobierno abre los ojos y mira un poco para abajo, poner a rodar el aparato de la obra pública, siempre es una solución conveniente para enfrentar las crisis económicas y el desempleo. Ojalá no quede en simple demagogia y se cumpla con las metas establecidas: Vialidad recibiría unos $ 50.000 millones, vivienda y recursos hídricos $ 45 millones y Aguas y cloacas de Aysa demandarán $ 10 millones. “Sólo con esto último se generarán 100.000 puestos de trabajo directos”, señalan desde el ejecutivo.

El gasto en capital envuelve tres grandes ítems: inversión directa (vialidad), transferencias de capital (vivienda y agua) e inversión financiera (programas como Procrear). Los $ 220.000 millones presupuestados cubrirán los pagos de sueldos, las rentabilidades de las empresas y los gastos en maquinarias y materiales de construcción.

De cualquier modo, no todo es color de rosa, los economistas privados estiman que, aún con la mayor expansión fiscal este año, la economía argentina no escapará de la recesión. Según el Estudio Bein la contracción será 2,3%. Para Ferreres & Asociados 0,5%.

Finalmente vale la pena mencionar que habrá que estar muy atentos a los pliegos y licitaciones que se ejecutarán para tales fines. Con Lázaro Báez fuera de la cancha y enfrentando un duro proceso judicial, no sea cosa que se los queden Caputo y Calcaterra.

 

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