El aniversario del último y más violento golpe de Estado de la historia argentina que hoy se recuerda no es uno más: es el cuadragésimo desde su irrupción terrorífica, pero el primero después de que el kirchnerismo dejó el gobierno nacional y, como condimento especial, con la presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el país. Los organismos de derechos humanos conmemorarán el Día Nacional de la Memoria como lo hacen desde hace años: con movilizaciones que confluirán en la Plaza de Mayo, epicentro de la lucha por los desaparecidos y los bebés robados.
Movilizaciones similares se replicarán en el resto del país.
La intención que las cuatro décadas que pasaron desde aquel 24 de marzo de 1976 y el hecho de que el kirchnerismo ya no está a cargo del Ejecutivo sirvieran para unificar la separación en dos marchas (una de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, Abuelas, Familiares y otros organismos de derechos humanos y otra de los partidos de izquierda) que se produjo hace algunos años no llegó a buen puerto. No obstante, la Plaza de Mayo será el epicentro de los principales homenajes a las víctimas del genocidio que arrasó con la militancia política, estudiantil y obrera en todo el país.
Las Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, H.I.J.O.S., Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Hermanos de Desaparecidos por Razones Políticas concentrarán en Avenida de Mayo y 9 de Julio a las 14. Allí desplegarán su bandera emblema, esa enorme tela azul desde la que los desaparecidos que dejó el terrorismo de Estado dicen presente a través de sus fotografías cada 24 de marzo para que hombres, mujeres, jóvenes y niños autoconvocados la sostengan junto con los familiares y amigos de esas víctimas y la hagan avanzar hacia la Plaza de Mayo. En esta ocasión, detrás de los organismos de derechos humanos marcharán los sindicatos, en el marco de los despidos generalizados que comenzaron con la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada y que esa misma gestión implementa desde entonces. En alto levantarán una bandera con el lema “Los trabajadores son la patria” firmada por la Confederación General de los Trabajadores (CGT) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Además de recordar a los 30 mil desaparecidos, actores, músicos, escritores y demás hacedores de la Cultura repudiarán a Darío Lopérfido como ministro de Cultura porteño tras sus declaraciones en torno de la cifra de los desaparecidos.
Al llegar a la Plaza de Mayo, referentes de los organismo leerán un documento consensuado que hará una evaluación a cuatro décadas de ocurrido el golpe cívico militar, con especial hincapié en el cambio de Gobierno.
Por su parte la Asociación Madres de Plaza de Mayo, encabezada por Hebe de Bonafini, partirá a las 15.30 desde su sede en Hipólito Yrigoyen hacia la Plaza de Mayo en un móvil descubierto que ingresará por Avenida de Mayo, acompañada de dirigentes y militantes políticos y sociales. “Tenemos que quedarnos en la Plaza hasta que amanezca”, convocó la presidenta de la asociación. “El jueves tenemos que venir todos y quedarnos en la Plaza hasta que amanezca.
Nadie le puede ofrecer a (el presidente Mauricio) Macri que la marcha va a durar poco. Más ocupamos la Plaza, más le demostramos el repudio y el asco a Macri y a Obama, que son dos seres detestables. La marcha es contra Obama y contra Macri, y esencialmente contra los despidos, acompañando y reivindicando a los compañeros trabajadores”, explicó Bonafini tras la ronda que las Madres dieron el jueves pasado en torno de la Pirámide de Mayo.
El Encuentro Memoria Verdad y Justicia, en tanto, concentrará a la misma hora frente al Congreso junto a organizaciones de izquierda, entre ellas el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, agrupaciones sindicales y sociales. Partirán hacia la Plaza de Mayo bajo la consigna: “No al ajuste, el saqueo y la represión. Fuera Obama de Argentina. Seguimos luchando contra la impunidad de ayer y de hoy. 30.000 compañeros detenidos desaparecidos ¡Presentes!”.
En ese marco, la diputada nacional por el FIT Myriam Bregman, consideró “un insulto a la memoria” de los 30 mil detenidos desaparecidos “recibir al presidente del país que fomentó y apoyó el golpe militar más sangriento que vivió Argentina, al igual que en el resto de los países de la región”.