El gobierno nacional le pidió al titular de YPF, Miguel Galuccio, que renuncie al puesto que ocupa desde 2012 con motivo de una reestructuración de la empresa estatal. En rigor, y según confirmaron fuentes del Gobierno a la agencia de noticias Télam, el pedido es “que se vaya en abril para que sea una transición ordenada”.
Según informó la agencia estatal, el pedido para que Galuccio renuncie a su puesto es “debido a cambios en la estructura” de la empresa renacionalizada por el gobierno de Cristina Fernández y que el actual objetivo de Cambiemos es modificar el rumbo de la compañía hidrocarburífera el mes próximo.
En el Gobierno estalló una dura interna por quedarse con esta codiciada posición que abre la puerta a sueldos millonarios en dólares y manejos multimillonarios en contratos y pauta oficial -el año pasado la publicidad de YPF manejada arbitrariamente por la ultracristinista Doris Capurro superó los 400 millones de pesos-.
La pelea desbordó en el Gobierno y ya alcanza a toda la Alianza Cambiemos. Los radicales quieren poner al nuevo CEO y empujaban al economista especializado en petróleo Nicolás Gadano, entre otros nombres.
Mientras que el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, presionaba para poner a un hombre propio y dejaba que circule el nombre de un colaborador suyo en LAN. Lopetegui jugó un rol muy hábil y maquiavélico en la caída de Galucció, a quien convenció que lo apoyaba junto al ministro Francisco Cabrera para que continuara en el cargo, mientras por detrás apostaba a su caída.
Es que tanto Lopetegui como su par en la otra vicejefatura de Gabinete, Mario Quintana, siempre tuvieron en la mira quedarse con el control de YPF, la principal empresa del país.
Sin embargo, la noticia no sería una sorpresa para quienes rodean al titular de YPF. «Mi tarea hoy es preparar a la gente que me reemplazará», había declarado durante el fin de semana. Por otra parte, tampoco es secreta la tensión entre él y el ministro de Energía, Juan José Aranguren. «No sé que visión tiene Aranguren sobre YPF», habían sido las declaraciones de Galuccio.
