El gran diario argentino ya no puede seguir negando la realidad y tuvo que sincerar la situación económica que dejaron las primeras medidas económicas articuladas por el gobierno Nacional, los efectos devastadores de la devaluación -que ya superó el 60%- están destrozando el bolsillo de los argentinos.
Según informa en su edición de hoy, la suba de precios generó una baja del consumo en los primeros meses del año. Y las empresas empezaron a padecer ese efecto, que buscan revertir con ofertas. En las últimas semanas se vio una caída de los valores de los electrodomésticos, con descensos que promediaron el 4% en el caso de los televisores. Los supermercados también salieron fuerte con promociones para revertir la estimación de los analistas de un retroceso del 3 al 4% en el consumo del primer trimestre. Y las automotrices empezaron con descuentos de hasta $ 40.000
La situación empieza a tomar tintes de dramatismo y no hay señales de que se revierta en el corto plazo. El tarifazo en las facturas de luz no solo ha impactado en la economía doméstica, también perjudicó de sobremanera a las empresas PyMEs que sumado a la retracción del consumo y el mercado interno, ven una importante caída en su producción.
Los analistas coinciden en que el consumo bajó durante los primeros meses del año. Y eso que ya había caído en el primer trimestre de los últimos dos años. “El consumidor está incómodo, tiene los sueldos viejos y no sabe cuánto gastar”, dijo Fausto Spotorno, del estudio Orlando Ferreres y Asociados. La inflación del primer bimestre rondó entre el 7 y el 9 %, según las diferentes consultoras. “Hay retracción del consumo, por una inflación que se acelera y consumidores que se encuentran con precios nuevos y salarios viejos”, destacó Rodrigo Alvarez, director de la consultora Analytica. “Hubo aumento de precios, en algunos casos desmedidos, que profundizó el ajuste sobre los consumos de primera necesidad”.
Las cantidades vendidas por los comercios minoristas bajaron 4,5% en febrero frente a igual mes de 2015, de acuerdo con un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Según la entidad, las ventas fueron “afectadas por la pérdida de poder adquisitivo de las familias y la menor capacidad de financiamiento que mostraron muchos compradores, cuyas tarjetas de crédito resultaron saturadas”. “Febrero no fue un buen mes para el comercio. Los consumidores se volcaron especialmente a las ofertas y relegaron algunos gastos de menor necesidad a la espera de una mayor definición sobre la coyuntura económica. Así, el segundo mes del año encontró a un consumidor muy cauto, que buscó precios y sólo compró por necesidad u oportunidad”, señaló CAME.
Además bajó significativamente la confianza del consumidor, que mide la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). En febrero tuvo una caída interanual del 10% y un 15,6% respecto al mes de enero. “La confianza de los consumidores cae tanto para el sector de mayores ingresos como para el de menores recursos”, señaló en un informe el director del Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT, Juan José Cruces.
La recetas de ajuste implementadas en los primeros meses de gestión no podrían mostrar peores resultados. La combinación de ingredientes configuran una verdadera bomba de tiempo: la megadevaluación que ya superó el 60%, junto con una enorme transferencia de recursos de los sectores populares los capitales concentrados, la disparada de precios y pérdida del poder adquisitivo del salario, más los despidos masivos, tanto en el sector público como el privado, conformaron una mezcla letal que retrajo el consumo y el mercado interno.