Andrés Junior, vocal de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, denunció un conflicto de intereses a la luz que Gustavo Lopetegui, ex número 1 de LAN, «está tomando las decisiones incluso sobre la gente que pusieron en Aerolíneas. Decisiones para beneficiar al holding LAN»
«LAN argentina no es una empresa argentina, reporta a Chile. Por eso el cierre de rutas y recorte de personal», sentenció Junior.
Según denuncian desde AAA, el nuevo gobierno está dispuesto a desmantelar Aerolíneas Argentinas para diseñar una política a medida de LAN, una empresa privada chilena vinculada -años atrás- al ex-Presidente Sebastián Piñera, amigo de Mauricio Macri.
También se mostró preocupado por eventuales despidos. «Uno siempre tiene dudas. Estamos en alerta por despidos», enfatizó.
Las sospechas de desmatelamiento se extienden también a la aerolínea Austral, el gobierno estaría dispuesto a venderla a Germán Efromovich, dueño de Avianca-TACA, quien ya se reunió con Guillermo Dietrich, tal como evidencia el sitio del canal de noticias, TN.
En la jornada de ayer, se rumoreaba en los pasillos del Congreso de la Nación que Isela Constantini, flamante Presidenta de Aerolíneas, no se hizo presente en el recinto para ver el discurso del Presidente. Constantini estaría en desacuerdo con la gestión que le impone Lopetegui.
Mauricio Macri la habría obligado a Constantini a hacer un drástico plan de ajuste para reducir el déficit de Aerolíneas Argentinas a 350 millones de dólares -menos de la mitad de lo que perdía bajo la gestión del camporista Mariano Recalde-, el monto que el presupuesto 2016 le asignó a la compañía. Su flamante presidenta pidió estirarlo a US$ 1100 millones, pero la negativa fue tajante y llegó acompañada de un detallado plan para bajar los costos, que incluye 1500 retiros voluntarios, desprogramar los vuelos con los Airbus 340, fusión entre Aerolíneas y Austral y la eliminación de las rutas a Barcelona, New York y Roma.
El ajuste fue diseñado por el coordinador económico Gustavo Lopetegui, quien promovió la llegada de Isela y pronto comenzó a lidiar con sus vacilaciones para meter la tijera en uno de los agujeros financieros más grandes del Gobierno.
El desmantelamiento está en marcha, Aerolíneas está en cuenta regresiva y sólo tiene dos caminos, la privatización o su existencia testimonial, convertida en una Aerolínea pequeña sin recursos.