En lo que va de febrero, el dólar subió más del 4%. El presidente, Mauricio Macri, pretendía establecerlo en torno a los 14 pesos, pero las patronales agropecuarias insitieron: pidieron un dólar mínimo de $16 para liquidar la cosecha, caso contrario, no entrarían dólares al Banco Central.

Las cerealeras buscan compensar la caída de los precios internacionales con la devaluación del peso. Sentados sobre los granos, decidieron aguantar la cosecha para presionar al gobierno y forzar una nueva devaluación hasta llegar, mínimo hasta los $16.

El Presidente de la Nación y el ministro de Hacienda y Finanzas no quieren que se dispare la divisa pero ceden y la liberan para que suba lentamente: ya pisa los $15.

El mercado del dólar está marcado por la escasa oferta: las cerealeras y el campo no liquidan y el frente externo está cada vez más complicado. El acuerdo con los buitres todavía está pendiente y los dólares por créditos no llegan. Al mismo tiempo, se liberó el giro de divisas y aumentó la demanda de dólares; se trata de un combo peligroso.

El gobierno está en una encrucijada: en medio de un espiral inflacionario deberá devaluar aún más la moneda para hacerse con algunos dólares del sector agropecuario. Así, el incremento del valor de la divisa norteamericana volverá a trasladarse a precios como hizo en diciembre y enero.

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