El Gobierno anunció la eliminación de los derechos de exportación a la minería. Con ese cambio, el Estado dejará de recaudar 220 millones de dólares al año, unos 3300 millones de pesos. El presidente, Mauricio Macri, justificó que las retenciones eran recursos que la Nación les sacaba a las provincias mineras y que ahora ese dinero “vuelve a los sanjuaninos”. Sin embargo, son impuestos que mayormente dejan de pagar las empresas multinacionales del sector minero y que, por usos y costumbres, ahora probablemente terminen remitiendo al exterior en forma de utilidades. Es la frutilla del postre para las mineras, que están de fiesta con la suba del dólar de 52 por ciento en apenas dos meses.
“La minería se empezó a desarrollar con ciertas reglas y lamentablemente hace más de 10 años alguien violó esas reglas y puso las retenciones a la explotación minera, sacándole recursos a San Juan para llevárselos a la Nación, que son recursos que los sanjuaninos necesitan para seguir desarrollándose. Por eso hoy quiero decirles que se terminan las retenciones a las exportaciones mineras”, anunció Macri desde Calingasta, San Juan. Estuvo acompañado por la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci, y el gobernador de San Juan, Sergio Uñac.
La minería, especialmente su variante más rentable, la que se realiza a cielo abierto para extraer minerales como oro, cobre y plata, registró un fuerte crecimiento en la última década. La inversión acumulada desde el 2003 fue de 18.600 millones de dólares, con lo que el sector pasó de representar el 9 al 30 por ciento de la inversión extranjera directa anual en el país y el 0,3 al 5,7 por ciento de las exportaciones nacionales. El crecimiento se verificó gracias al boom de los precios de los commodities y a pesar de que en 2007 el ex presidente Néstor Kirchner instaló derechos de exportación de 5 para minerales procesados. Esa medida fue a contramano de la estabilidad fiscal de 30 años consagrada en el Código Minero de los 90. Pero permitió al Estado y al resto de la sociedad, a través de la política de distribución del ingreso, participar al menos en una pequeña porción de la gigantesca masa de ganancias que fue en los últimos años la exportación de minerales metalíferos.
El contexto internacional cambió con la baja en los precios de los commodities. Entre 2003 y 2013 el precio del oro pasó de 400 a 1800 dólares la onza; mientras que la plata y el cobre tuvieron una evolución similar. Todos sufrieron una caída en 2009, pero el boom de los precios fue un gran negocio para las mineras. Desde 2013 los precios han estado cayendo, aunque todavía se mantienen en valores atractivos. En el caso del oro, en lo que va del año subió un 25 por ciento en el mercado internacional, para beneficio de Barrick Gold, principal operador.
Si las empresas mineras presentaban dificultades de rentabilidad con la caída de los precios internacionales y la suba de los costos locales en dólares, la megadevaluación convalidada por el Gobierno desde mediados de diciembre despejó cualquier duda. El precio del dólar (y por lo tanto del valor local de los minerales exportados) subió un 50 por ciento, mientras que los costos de operación se mantienen por ahora constantes.
La frutilla del postre para las mineras es la eliminación de las retenciones, un viejo anhelo de las multinacionales. Según datos oficiales, el Estado dejará de recaudar 220 millones de dólares al año, unos 3300 millones de pesos al tipo de cambio actual. Así, Macri equilibró los bolsillos de las mineras con las ganancias que decretó para el campo y los exportadores industriales concentrados como Techint, beneficiados a su turno por la devaluación y por la eliminación de derechos de exportación a la soja, el maíz, el trigo y otros cultivos junto a la quita de retenciones a las exportaciones industriales.
Macri agregó que “tenemos que seguir generando trabajo y futuro, que un sanjuanino no se tenga que ir a buscar trabajo a otro lado. Tenemos que lograr que los recursos que se generen se reinviertan bien, en inversión y no en gastos”. “El Gobierno dice que se trata de federalismo, pero esos recursos se los quedan las empresas. Y el agujero fiscal se cubre con suba de tarifas. Pero además, esto representa una señal contundente para que las mineras habiliten proyectos que estaban parados algunos por cuestiones financieras y otros por no tener licencia social, como Famatina y Esquel. El Gobierno dio la señal para que avancen”, señaló a este diario Nicolás Gutman, investigador del Centro Cultural de la Cooperación (CCC).
Las retenciones a las exportaciones eran una forma mínima de paliar los enormes beneficios fiscales que tienen las mineras. Las empresas del sector pueden deducir del pago de impuestos los gastos en exploración y factibilidad, tienen la amortización acelerada de las inversiones en infraestructura y equipamiento, pagan apenas el 3 por ciento en concepto de regalías y están eximidas del impuesto al cheque. Tampoco pagan aranceles a la importación de maquinarias, repuestos e insumos mineros y reciben el reintegro del IVA por esas adquisiciones.