En las últimas semanas mucho se ha hablado sobre los despidos en la Casa Rosada y en otras áreas de gobierno pero, casi nada, sobre la incorporación de personal de confianza de la nueva administración.

Hasta mediados de enero, casi 450 funcionarios y empleados habían comenzado a trabajar sólo en las oficinas de Balcarce 50, en una lista que probablemente se haya ampliado con el correr de los días.

Las bajas en los contratos de los estatales nacionales, monitoreadas desde el Ministerio de Modernización, han generado polémica por la cantidad de cesanteados y por los motivos esgrimidos para llevar cabo cada desvinculación: desde la acusación de ‘ñoquis’ hasta la baja por tratarse de ‘cargos políticos’.

Lo cierto es que más allá de las causales de los despidos, el propio titular de la cartera, Andrés Ibarra, dijo que el kirchnerismo legó a la administración de Cambiemos un ‘estado sobredimensionado’ y anticipó tiempos de austeridad.

La última semana el ministro advirtió que está a la firma un decreto que no permite nuevas contrataciones de personal a partir del primero de marzo próximo sin la previa autorización de la cartera que conduce al tiempo que anticipó que se congelarán las vacantes existentes para no crear nuevos cargos.

Pero, en el mientras tanto, el macrismo ha ido incorporando personal a los distintos estamentos de gobierno.

Eduardo ‘McGyver’ Moli, encargado de mantenimiento desde hace 43 años en Casa Rosada y que se hizo famoso al posar con Mauricio Macri en un brindis navideño, había sido sindicado como uno de los despedidos del palacio de gobierno.

Lo desmintió ante la consulta de Diario Popular pero admitió que en su oficina echaron a 11 agentes, entre ellos a dos madres con hijos discapacitados.

‘Echan personal pero meten ‘su gente’ en cantidad en distintas reparticiones’

Desde la Agrupación de Seguridad de Inteligencia de Casa Militar, la división que custodia la Casa de Gobierno, autorizan los ingresos y egresos del personal que se desempeña en el palacio gubernamental.

Un listado de memorándums de Seguridad e Inteligencia, al que tuvo acceso este diario, expone las ‘bajas’ y ‘las altas’ de empleados desde el 10 de diciembre hasta mediados de enero pasado.

A comienzos del primer mes del año en Casa Militar manejaban listados con ‘150 bajas y 350 altas’ -según confiaron- y las áreas donde había más recambio de personal eran Jefatura de Gabinete y Secretaría de Comunicación Pública.

Un relevamiento realizado por este diario a las ‘altas’ realizadas por la ‘Agrupación de Seguridad e Inteligencia’ concluyó que desde el 10 de diciembre hasta mediados de enero se otorgaron permisos de ingreso a 448 funcionarios y empleados.

La cifra obviamente no incluye a personal que se desenvuelve en otros ministerios y organismos autárquicos.

Durante los primeros días de gobierno la mayor parte de funcionarios y agentes se incorporaron a la Secretaría Legal y Técnica; luego a la Secretaría de Comunicación Pública, Jefatura de Gabinete y Secretaría General de la Presidencia, respectivamente.

Las ‘bajas’, para esa fecha, no habían sido tan significativas en la sede de Gobierno como las ‘altas’ de personal.

Pero sobresale del listado un memo del 5 de enero intitulado ‘Denegar acceso urgente a Adrián Calvo Trípodi, Coordinador de Asesoramiento Técnico’, que, al lado del sello y la firma oficial, lleva el agregado ‘baja urgente’.

Otro llamativo memorándum, fechado en el 7 de enero, autoriza a ‘ingresar el día de la fecha una pantalla y un retroproyector destinados a la Biblioteca de la Secretaría Legal y Técnica’.

La semana pasada el ministro Ibarra dio cifras oficiales de los contratos cancelados en la administración pública nacional: en Jefatura de Gabinete se admitieron 578 cesantías (de un total de 6200 de toda la masa de estatales licenciados). Lo que ocurre es que no todos los empleados involucrados revestían en Balcarce 50: algunos lo hacían en otras dependencias, otros ofrecían servicios y otros directamente no iban a trabajar.

En Secretaría General de la Presidencia se registraron 54 despidos. ‘Algunos (funcionarios) se sorprendieron por la baja cantidad (de cesanteados). Incluso sigue trabajando una joven militante de La Cámpora que dijo que sólo quiere cumplir con su tarea’, indicó una fuente consultada por este medio.

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