Quilmes arde, como muchos municipios del país donde los despidos masivos forman parte de las políticas de achicamiento. Pero en este distrito del sur del coburbano bonaerense los vecinos de la ciudad se enfurecieron aún más con una polémica decisión del intendente: duplicarse el sueldo.
El chef Martiniano Molina percibe a partir de 2016 un incremento salarial de casi el 30%, lo que equivale a un sueldo bruto de $112 mil, más un 50% adicional en «gastos de representación», que equivale al doble de lo recibido en 2015. Esto fue avalado por el Concejo Deliberante local, con el que cuenta con la mayoría de los integrantes.
Esto incrementa el malestar preexistente ocasionado por los mil despidos con los que inauguró su gestión. Por eso, los empleados están en estado de alerta permanente y paro de sus actividades.
En un comunicado de prensa los trabajadores de Promoción y Protección de los Derechos de la Infancia y Adolescencia, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social de Quilmes, informaron que “ante nuestro requerimiento las autoridades de la actual gestión de gobierno no han podido dar cuenta de un proceso evaluativo propio que sostenga la decisión de la no renovación de los contratos”. Además, los municipales sostienen que no hubo evaluación laboral de los trabajadores y que “los despidos se deben a una decisión política”. Además exigen a las autoridades municipales, “la inmediata reincorporación de los compañeros, e informamos a la comunidad que la medida de fuerza se mantiene hasta tanto se efectivice”.