El Gobierno empezará a delinear esta semana los parámetros de un acuerdo social con el empresariado y el sindicalismo, que intentará encaminar las paritarias de este año en un rango promedio del 26% a cambio de mejoras para trabajadores formales -no directas al sueldo- y obras sociales gremiales. Como parte del plan, se intentará diferir hasta abril o mayo las primeras negociaciones salariales a través de pactos transitorios por sumas fijas, como en el caso de los bancarios. Otra definición: no habrá reunión de Mauricio Macri con los referentes sindicales hasta que desde ese sector haya una resolución de su propia interna.

El programa comenzará a tomar forma hoy mismo con una reunión del gabinete económico, adelantaron en el área a este diario. Estarán los ministros de Hacienda, Alfonso Prat Gay; Trabajo,Jorge Triaca; Interior, Rogelio Frigerio; Producción, Francisco Cabrera, y de Energía, Juan José Aranguren, junto con el titular de la AFIP, Alberto Abad, y bajo la coordinación de Mario Quintana, secretario de la Jefatura de Gabinete. Para mañana está previsto un encuentro del Gabinete en pleno, con el presidente Macri a la cabeza.

Las líneas centrales del acuerdo, de todos modos, ya están resueltas en las oficinas de los funcionarios y la tarea en el arranque del año será convencer a los «actores sociales», tanto empresarios como -sobre todo- sindicalistas, de la necesidad de adecuarse a esos parámetros a partir de este año.

En el sector patronal los favores de parte del Ejecutivo ya fueron expuestos, con la devaluación y la quita de retenciones que beneficiaron a exportadores; el levantamiento del cepo al dólar, para importadores y multinacionales afincadas en la Argentina, y una progresiva desregulación en otros sectores. A ellos se les pedirá mesura en las cadenas de valor y una extensión del plan Precios Cuidados, para hacerlo coincidir con el inicio de la ronda salarial. El vicepresidente de la UIA y líder del sector de industrias alimenticias (Copal), Daniel Funes de Rioja, avisó que el martes estará listo ese acuerdo. En esa línea también estará la posible modificación en el IVA en productos de la canasta básica (ver página 5).

En los gremios, en cambio, el programa se muestra como más complejo y con ítems pendientes. A la suba de precios que le siguió al balotaje y la devaluación el Gobierno sólo respondió con una leve quita de Ganancias sobre el aguinaldo. El resto fueron, hasta ahora, sólo promesas que aguardan su puesta en ejecución: modificación de Ganancias, aumento de asignaciones familiares y la multiplicación de fondos destinados a las obras sociales, como método para seducir a las cúpulas sindicales.

El cambio en el Impuesto a las Ganancias llegaría recién una vez iniciada la actividad en el Congreso, en marzo, aunque desde el Gobierno esperan que la mera presentación del proyecto oficial de reforma sirva como argumento para bajar las expectativas de aumentos de salarios. Lo mismo, aunque podría concretarse antes por decreto, con el salario familiar: en este punto está previsto aumentar el monto de las asignaciones para trabajadores con hijos, y universalizarlas a quienes hasta ahora no las perciben por contar con ingresos familiares superiores a los 30 mil pesos.

También los funcionarios incluirán un ítem que expuso de manera descarnada Prat Gay durante el fin de semana: los aumentos salariales deberán contemplar la rentabilidad de las empresas o los gremios se atendrán a las eventuales pérdidas de empleos.

En el gabinete económico le explicaron a este diario que no habrá apuro para exhibir resultados o números de las principales variables de la economía para este año. Si bien Prat Gay había dado por hecho un encuentro de Macri a mediados de enero con los gremios y los empresarios para avanzar en el acuerdo de precios y salarios, los funcionarios convencieron al mandatario de diferir esa instancia hasta una definición desde el propio sindicalismo de su interna política.

Se trata de la respuesta del Gobierno al desaire de Hugo Moyano a una invitación días atrás de Triaca para un encuentro de referentes de las tres CGT con el gabinete económico. En vista de que el camionero no le reconoce legitimidad a la jefatura de Antonio Caló en la central obrera, Macri evitará involucrarse en ese tironeo y dejará que los propios dirigentes, en cumbres que harán durante el verano, resuelvan la comitiva para sentarse en las negociaciones tripartitas.

Entre tanto, explicaron los funcionarios, se buscará pasar para más adelante las paritarias previstas en el arranque del año. La idea es evitar la fijación de aumentos referenciales por fuera de una pauta promedio del 26% (con una base del 24 y un techo eventual del 28 por ciento, de acuerdo con la actividad) que es la que se intentará llevar a la ronda de discusiones formales.

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