Una luz de alarma se encendió en el sindicalismo cuando el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, sugirió en una entrevista que este año los gremios deberán resignar reivindicaciones salariales para poder garantizar las fuentes de trabajo. Este miércoles, la CTA que encabeza Hugo Yasky realizará una conferencia de prensa para reafirmar la defensa irrestricta de las paritarias libres y condicionar la asistencia de esa central obrera al diálogo social convocado por el Gobierno al cumplimiento de una serie de condiciones. Además, este fin de semana hubo diálogos entre ese espacio y la CGT oficial que conduce Antonio Caló para que ambas organizaciones unifiquen sus posturas en este tema y encaren los próximos pasos de manera conjunta.
“El diálogo social tiene tres pilares: la paritaria libre, los niveles de empleo de los últimos doce años y la vigencia del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil y de la movilidad jubilatoria. Cualquier dialogo social se tiene que basar en eso para poder prosperar”, dijo Yasky a Página/12, anticipando el documento que se dará a conocer esta semana en la sede nacional de la CTA, en el barrio porteño de San Telmo. “No vamos a aceptar chantajes como los que expresa Prat-Gay, que se asume con esas declaraciones como parte de los grupos empresarios que quieren volver para atrás con derechos adquiridos por los trabajadores en estos años. Tampoco vamos a homologar ninguna decisión que implique transferir salario como renta de los grupos empresarios”, completó el docente.
Más tarde, en un comunicado, el titular de la CTA, dijo que “el ministro Prat-Gay y los de su clase creen estar ante la oportunidad del revanchismo social para llevarse puestas las conquistas de los trabajadores” pero que “van a tener que hacerse a la idea de que las paritarias libres, sin condicionamiento alguno, son una conquista histórica” a la que el movimiento obrero “no está dispuesto a renunciar”. En ese sentido, avanza un diálogo con la CGT oficial para emitir un segundo documento, en este caso en conjunto, y preparar una “unidad en la lucha” en caso de que sea necesario tomar medidas de fuerza para garantizar las condiciones de las negociaciones salariales para este año.
Es que las declaraciones del ministro sobre las paritarias por venir sensibilizaron el nervio de las centrales. Antes de fin de año, en la conferencia de prensa que brindó para informar sobre la situación del Indec, había dicho que “el Gobierno va a establecer una meta de inflación creíble” para “ser tomada como referencia por empresarios y sindicados” y a partir de ahí se buscará alcanzar “un nivel de salarios que estará un poco por encima de la inflación, siempre y cuando esto no implique pérdidas de empleo”. Dos días más tarde, en una entrevista televisiva, Prat Gay fue más rotundo: “Cada paritaria discute lo que puede discutir. Me parece que acá no es solamente la dimensión del salario sino también cuidar el empleo. Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar empleos a cambio de salarios”, blanqueó, poniendo en alerta a los sindicatos.