La Canciller argentina Susana Malcorra, quién antes de formar parte del gobierno de Mauricio Macri se desempeñaba como jefa de Gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, fue señalada como una de las presuntas responsables, entre un grupo de funcionarios de alto rango de la organización, de ocultar denuncias por abusos sexuales a menores perpetrado por Cascos Azules de la ONU y de la posterior persecución que sufrió el funcionario que filtró la noticia.
La designación por parte del presidente Macri como Canciller fue la excusa ideal para salir de la escena, que la tenía señalada como una de las responsables del encubrimiento de delitos aberrantes, que de una u otra manera le habrían costado el cargo en la Organización internacional.
Luego del informe que presentó el periodista Walter Goobar en Miradas al Sur, en el cual difundió una investigación interna de Naciones Unidas, tomada de una revista bimestral estadounidense sobre política internacional y temas globales, Foreign Policy, en la cual se manifiesta que la actual Canciller cumplió un rol preponderante en el ocultamiento de los hechos.
Las aguas de investigación se enturbiaron aún más con la publicación de los correos electrónicos y documentos que mostraban altos funcionarios de la ONU omitiendo la investigación. En el mismo se apunta al encargado de la Oficina de Ética Joan Dubinsky, la Secretaria General Adjunta de Servicios de Supervisión Interna (OSSI) Carman LaPointe y la jefa de Gabinete, Susana Malcorra, quienes intentan hacer frente a las acciones de Ander Kompass, el funcionario sueco que intentaba que la investigación se lleve adelante.
Los documentos fueron publicados por una organización no gubernamental llamada AIDS-Free World, como parte de una campaña llamada Code Blue. La campaña pide una «Comisión del todo independiente y externa del mensaje, con pleno acceso a la ONU, así como con poder de citación, para examinar todas las facetas de la explotación y los abusos sexuales en las operaciones de mantenimiento de la paz» y un final automático a la inmunidad diplomática para cualquier funcionario de la ONU o mantenimiento de la paz acusados de tales abusos.
La cadena de mails que involucra a los funcionarios de la ONU:
De hecho en uno de los mails Malcorra responde: «Me siento bastante incomoda con esta convocatoria».
Durante la semana del 13 de abril de 2015, un mes después de su negativa a renunciar, Kompass fue suspendido con goce de sueldo y escoltado desde su oficina. Susana Malcorra, que ocupaba una de las posiciones más poderosas en el sistema de la ONU como jefa de Gabinete del secretario general, declaró a los medios que Kompass estaba siendo investigado porque era culpable de mala conducta. Esto era un caso flagrante de prejuzgamiento.
Kompass fue perseguido y hostigado por altos cargos de la ONU hasta que un tribunal de apelación ordenó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que levantara inmediatamente la suspensión laboral del funcionario humanitario sueco. El juez Thomas Laker dijo que la decisión de la ONU de suspender a Kompass, quien se desempeñaba como director de Operaciones de Campo para la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, fue “prima facie ilegal”.
Frente a la dimensión que tomaba el escándalo, el 3 de junio de 2015, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, anunció la formación de un panel independiente, compuesto por tres jueces, para realizar una revisión externa para examinar los acontecimientos tras el abuso sexual de los niños en la República Centroafricana.
En el «Informe de una revisión independiente sobre Explotación Sexual y el abuso por parte de las Fuerzas de Paz internacionalesen República Centroafricana», publicado por la ONU, se señala que la jefe de Gabinete actuó con mala conducta pero no hubo abuso de autoridad. Además marca que debería haber armado una reunión entre las partes y que «la omisión del caso lleva a la especulación de que una conspiración estaba en marcha».
En el apartado 1.3 desarrollan el rol de la jefa de Gabinete, Susana Malcorra, y argumentan que su participación no fue de abuso de autoridad pero argumenta que su accionar limitó a la Oficína de Ética y a la Secretaria General Adjunta de la OSSI. La resolución y publicación del informe estuvo encabezada por Marie Deschamps, miembra de la Corte Suprema de Justicia de Canada.
El propio Secretario General de la ONU, Ban-Ki-moon se refirió al informe preparado por el panel independiente y se comprometió a actuar con rapidez y expresó su «profundo pesar porque estos niños fueron traicionados por la misma gente que debían protegerlos».
El ofrecimiento del presidente Mauricio Macri a Susana Malcorra para ocupar el cargo de Canciller, le vino como anillo al dedo a la funcionaria que de una u otra manera habría sido apartada de su cargo por el encubrimiento en que incurrió, que le habrían costado el cargo y se hubiera tenido que ir de Naciones unidas, humillada por las responsabilidades que le cabían en la investigación.
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