El Jefe de Estado se amparó en lo determinado en el Artículo 99, Inciso 19 de la Constitución Nacional, que lo faculta a “llenar vacantes de los empleos, que requieran el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima legislatura”.
Se trata de una alternativa poco utilizada en épocas democráticas y cuyo antecedente más claro fue la Corte que nombró Bartolomé Mitre, en 1852.
Tras la renuncia de Carlos Fayt, que se hizo efectiva el viernes último, el alto tribunal había quedado integrado sólo por tres jueces, de los cinco que debería tener, por so y luego de una reunión con el ministro de Justicia Germán Garavano, Macri eligió para cubrir las vacantes del Supremo Tribunal a los juristas, Carlos Fernado Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
Sucede que Macri necesita que el tribunal esté completo ante el inminente impacto que generarán muchas de sus próximas medidas de gobierno. Por eso, ante esa premura, durante los últimos días Macri vino evaluando distintos escenarios:
La otra alternativa, la que primó, fue nombrar a los dos jueces en comisión, ejerciendo una atribución que el artículo 99 de la Constitución le confiere al titular del Poder Ejecutivo: el presidente puede cubrir esos cargos con nombramientos provisionales, que sólo dudarán hasta que el próximo 30 de noviembre, finalicen las sesiones del Congreso nacional.
Los mienbros elegidos por el presidente ostentan los siguientes curriculums:
CARLOS FERNANDO ROSENKRANTZ
Nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1958. Estudió en Colegio Nacional Sarmiento, donde se egresó con medalla de oro. Se recibió de abogado en la UBA en 1983, Magister en Derecho en la Universidad de Yale en 1987 y Doctor en Derecho en la misma casa de estudios en 1989.
Desarrolló una importante actividad académica como docente y como autor de publicaciones. Fue profesor en la New York University, USA; en la Richmond School of Law, USA; en la Universitat Pompeu Fabra, España; en la Denver University, USA, y en la UBA.
También fue autor y coautor de numerosas libros y artículos tanto en el país como en el exterior.
Desde 1998 es Rector de la Universidad de San Andrés. Previamente se desempeñó como asesor del “Programa para la Justicia” del Banco Mundial. En 1994 fue asesor de la Honorable Convención Constituyente y además ofició como asesor para el Consejo para la Consolidación para la Democracia, junto al expresidente Alfonsín en 1984.
No hay que olvdar la sorpresa que le causó Lorenzetti cuando, apenas 48 horas después del ballottage que ganó el actual presidente, la Corte reconoció una multimillonaria deuda del Estado nacional con tres provincias.
HORACIO ROSATTI
Nació en la Ciudad de Santa Fe en 1956. Se recibió de abogado y posteriormente de escribano en la Universidad Nacional del Litoral. En la misma casa de estudios, egresó como Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales. Realizó un Máster en evaluación de impacto y gestión ambiental en la Universidad Católica de Santa Fe.
Se desempeñó como docente de grado y de posgrado en numerosas casas de estudios en la Argentina, entre las que se destacan la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad Austral, la Universidad Nacional de Rosario y Universidad Católica de Santa Fe. Asimismo, ejerció como decano de la Facultad de Derecho en esta última casa de estudios entre 1999 y 2002.
Desarrolla la función pública como conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Entre 2004 y 2005 fue Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, y años antes había sido Procurador General del Tesoro de la Nación.
Entre 1995 y 1999 fue intendente de su ciudad natal, y en 1994 había participado como Convencional Constituyente por Santa Fe en la reforma de la Constitución Nacional.
Tiene una extensa carrera académica en la que se destaca su autoría de unos 20 libros y numerosas publicaciones de artículos diversos vinculados al derecho. Fue condecorado en 1987 con el Premio “Bernardo Houssay” a la investigación en ciencias políticas y derecho constitucional otorgado por el CONICET.
Creo que no Quijote, la estructura del estdao no es ni el problema ni desde luego la solucif3n. Ni siquiera un Estado con una democracia ideal hubiera escapado. Es toda Europa, 400 millones de personas bajo estructuras de todo tipo y todas sometidas al yugo neoliberal. Es economeda, pura y dura.Saludos cordiales.Me gusta o disgusta: 0 0