La gran ausente en las distintas reuniones que mantuvo el flamante presidente de la Nación fue la economía. Ninguno de los referentes de la oposición que mantuvieron encuentros con Mauricio Macri brindó definiciones en torno a las políticas económicas que se articularán en los próximos días.
No sería disparatado imaginar que, por acción o por omisión, en todos los casos habilitaron la posibilidad de una política de ajuste y devaluación. La prueba está en los chispazos que surgieron en los encuentros que mantuvo el nuevo titular del Banco Central, Federico Sturzenegger con el sistema financiero, para advertirles que no se cumplirán los pagos del dólar futuro tal como se negociaron con la administración de Vanoli. Por esto, las entidades bancarias amenazaron con retirar de la mesa la línea de créditos que espera el actual gobierno para fortalecer las reservas.
La primer reunión fue con su último contrincante, Daniel Scioli, que al finalizar el encuentro destacó que ”hay una gran expectativa” entre los gobernadores en “el trabajo que se puede hacer” y se mostró partidario de “llegar a un punto de acuerdo” en el marco de una nueva ley de Coparticipación y “bregando por un equilibrio integral con el Estado».
Para el ex gobernador bonaerense, con “una decisión política y con una buena predisposición de los gobernadores y el Presidente, se podrá llegar a un punto de acuerdo para la elaboración de una nueva norma”.
Scioli dejó claro que «habrá un acompañamiento» también en el Congreso de la Nación, siempre que «el espíritu» de las iniciativas sea «mejorar la vida de la gente».
Por la tarde, fue el turno de Massa, quien adelantó que el espacio político que lidera asumirá el rol de “oposición propositiva”, y le presentó al nuevo gobierno nacional «un paquete de leyes para los próximos 90 días».
«Vamos a oponernos proponiendo», sentenció Massa, quien al igual que el resto de los opositores agradeció «la invitación al diálogo político» y señaló que «en la etapa que viene, pensar distinto no tiene que imposibilitar el diálogo».
También tuvo su momento la progresista, Margarita Stolbizer, quien se comprometió a «colaborar» con el nuevo gobierno y anunció que llevaron “una agenda que trata de fijar una base de acuerdo, diálogo y cooperación, para luego tratar los temas en particular con cada ministerio».
Si bien remarcó que «no está en consideración de ninguna manera» ser parte del gobierno de Macri, Stolbizer ratificó que su espacio «sí está dispuesto a colaborar» y que ella misma lo hará con su propia «visión de la Argentina» desde el Congreso Nacional.
El último en reunirse con Macri fue Rodríguez Saá, quien no dudo en manifestar que quiere tener “una relación amigable” con el Gobierno y adelantó que “va a contar con nuestro apoyo -en el Congreso- porque esto hace a la vida nacional”.
Otro de los temas que se trataron fueron la reforma política, la corrupción, la necesidad de recibir crédito internacional y de transparencia electoral.
Sin embargo, uno de los temas que se dialogó con mayor profundidad fue el de la reforma del sistema de esquema fiscal federal, según contó el ministro de Interior en conferencia de prensa.
El tiempo ira develando la incógnita y se podrá advertir si estos primeros gestos que muestra el presidente, Mauricio Macri, son una genuina vocación de encontrar conicidencias y propiciar consensos con los referentes de la oposición. O si en realidad fueron una tipica estrategia marketinera del ecuatoriano Duran Barba, orientada a marcar diferencias con la gestión anterior de cara a la sociedad