Las últimas declaraciones del jefe de Gobierno porteño y candidato a presidente por la Alianza Cambiemos, Mauricio Macri, despertaron un sin número de preocupaciones en los sectores vinculados al consumo y en particular en las economías regionales.
Sucede que el aspirante a suceder a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, dejó en claro que tiene la voluntad de revisar el número de feriados que dispuestos hoy en el calendario y que generan miles de millones de pesos que se distribuyen a lo largo de todo el país, producto del turismo interno.
En este sentido, el saliente ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, manifestó a través de un comunicado los riesgos que implican para las economías dependientes de la actividad turística, una potencial reducción de los días destinados al movimiento interno
«Gracias a un avance progresivo y certero durante los últimos 12 años se han consumado grandes logros que beneficiaron el fortalecimiento del sector turístico. En este período, todos los actores vinculados a la actividad trabajaron mancomunadamente para que hoy podamos afirmar fehacientemente que cuando un turista elige un destino Argentino crecemos todos», sostuvo.
En los últimos años una serie de políticas, entre las que se destacan la Ley Nacional de Turismo, la recuperación de la aerolínea de bandera y el ordenamiento de feriados permitieron que el turismo se afiance como uno de los sectores económicos más importantes de nuestro país, generando más de 1.1 millón de puestos de trabajo, lo que representa el 5,4% del empleo total de argentina.
«Estas medidas jerarquizan la actividad y no hacen más que reafirmar la premisa que hace más de doce años reclamaba el sector: que el turismo se convirtiera en política de estado», explicó el ministro.
Desde el 2003 el turismo interno creció un 64%. El movimiento interno domina la actividad turística nacional: 9 de cada 10 viajes que realizan los argentinos, se hacen dentro del país lo que convierte al consumo turístico en el motor de desarrollo sustentable de las economías regionales.
El tan esperado Ordenamiento de Feriados se concretó en el año 2010 a partir de la sanción del Decreto 1585, la previsión de viajes permitió incrementar aún más el flujo turístico interno. Desde su promulgación la llegada de turistas a los destinos nacionales durante los feriados se incrementó en un 189%. Sólo en 2014 casi doce millones de visitantes se movilizaron durante los fines de semana largo del año.
«El movimiento de los propios argentinos dentro del territorio nacional aporta una redistribución equilibrada y sostenida del gasto turístico en todo el país. Del gasto total del turismo nacional el 95% se distribuye entre todas las provincias argentinas. Este equilibrio se rompe en el caso del turismo receptivo, en el cual del gasto total sólo un 39% se distribuye entre las provincias, concentrándose el 60% restante unicamente en la Ciudad de Buenos Aires», detalló Meyer.
Además de ordenar de manera eficiente los feriados, la norma restableció los feriados de Carnaval (suspendidos por la dictadura) y creó el feriado del 20 de noviembre con el objetivo de reivindicar la soberanía nacional; de este modo el turismo también aporta a la identidad y la soberanía de un pueblo sobre su territorio y su cultura.
«Hoy el turismo es Política de Estado, y el ordenamiento de Feriados es sólo un eslabón más dentro de una cadena de acciones que permiten alcanzar múltiples efectos positivos: empleos sustentables, dinamización de las economías regionales, distribución territorial de los beneficios; y lo más importante: un crecimiento federal, equilibrado e inclusivo de todos los habitantes argentinos», concluyó