En lugar de ser el nombre de la alianza política entre un sector del radicalismo y el Pro, a esta altura Cambiemos parece ser la modalidad discursiva que asumen los integrantes del espacio conducido por Mauricio Macri. Sin ir más lejos, se produjo un nuevo giro mediático en materia económica, que provocó contradicciones (con menos de una hora de diferencia) entre integrantes del mismo espacio.
En declaraciones radiales, Carlos Melconian, parte del grupo que asesora económicamente a Macri, confesó que en el caso de que Mauricio gane las próximas elecciones responderán a las exigencias del juez estadounidense Thomas Griesa. «Hay deuda que supuestamente si se llegase a un arreglo se la tenés que pagar a Griesa», detalló el ex asesor de Carlos Menem, al tiempo que reveló que el monto asciende a «u$s2.000 millones».
Tan sólo un rato más tarde, su jefe político, Macri, midió que las declaraciones habían sido desafortunadas y aseguró por otra emisora que de resultar electo va a «negociar con la mayor dureza » un arreglo con los buitre. «Yo cuido la confianza que me da la gente y voy a conseguir las mejores condiciones posibles para que la Argentina pueda volver a crecer», prometió el candidato de Cambiemos a radio 10.
Sin embargo, estas palabras no son representativas de su trayectoria política. Alcanza con recordar sus declaraciones en junio de 2014 cuando, en pleno conflicto, describió: «Ahora hay que ir, sentarse en el tribunal de Griesa y lo que él termine diciendo, hay que hacerlo. Sino, entramos en default. Ahora ya nos ejecutaron.Tenemos que ir y pagar».