Por @gabrieleiriz
El jefe de gobierno porteño y candidato a presidente por el Frente Cambiemos, Mauricio Macri, presentó un programa para solucionar el deficit habitacional del país, o al menos así lo definió, en un encuentro donde participaron los economistas PRO más cercanos al alcalde.
Entre los presentes estuvieron, Rogelio Frigerio, Alfonso Prat Gay, Javier González Fraga, Adrián Ramos, Lucas Llach, Santiago Galicchio, Agustín Campero; el presidente y director de la Fundación Pensar, Francisco Cabrera y Miguel Braun; Federico Sturzenegger, Luciano Laspina, Martín Tetaz, Hernán Lacunza y Carlos Melconian, entre otros
Según consignaron durante la presentación, la propuesta de Cambiemos en materia de vivienda gira sobre cuatro ejes: urbanizar villas y construir viviendas sociales; entregar más de 750 mil escrituras para quienes no tienen el título de propiedad de sus casas; otorgar un millón de créditos hipotecarios a 30 años con cuotas similares a las de un alquiler y dotar de servicios a cada vivienda.
En una primera lectura, resulta una propuesta más que tentadora, pero inmediatamente surge la pregunta: ¿como piensa poner en marcha todas estas políticas habitacionales?
De acuerdo a la explicación que brindó el equipo económico de Macri, el millón de créditos hipotecarios va a surgir de los fondos de la ANSES. Es curioso, hasta hace poco menos de 10 días el candidato de Cambiemos sostenía enfáticamente que los fondos previsionales se utilizarían única y exclusivamente para las jubilaciones y fustigó duramente a la actual gestión por las inversiones que realiza el organismo y también la utilización de los mismos para el sostenimiento de programas sociales. Pero, todos tenemos derecho a cambiar de opinión, de hecho Macri lo viene haciendo sostenidamente desde el 9 de agosto cuando se conocieron los resultados de las PASO.
Sigamos analizando, un millón de créditos hipotecarios a 30 años y con una cuota similar a la de un alquiler. Tomemos como ejemplo un departamento chico, digamos 50 metros cuadrados, a un valor de mil dólares el metro, eso representaría 50 mil dólares, multiplicado por un millón nos da la módica suma de 50 mil millones de dólares, el doble de las reservas que hay en el Banco Central. Complicado, ¿no?. Pero vamos a darle al candidato el beneficio de la duda y pensemos positivamente. el hombre logra conseguir el financiamiento y pone en marcha su propuesta en materia de créditos.
El programa continua con un plan de urbanización de 100 villas y asentamientos por año durante dos períodos de gobierno -ya nos habla de un segundo mandato y eso que en el último spot de campaña sostiene enfáticamente que él «no quiere perpetuarse en el poder»- con lo cual se llegará a un total de 800 asentamientos, algo menos de la mitad de los que existen actualmente, lo cual beneficiaría en ese tiempo a unas 240.000 familias.
Si tomamos cono ejemplo las políticas de tierra y hábitat que llevó adelante en la Ciudad durante los últimos 8 años, vemos que 275.000 personas viven en villas, lo que representa un 10% de la población total. Si bien existen al menos cinco leyes que proponen la urbanización de los barrios carenciados porteños, ninguna de ellas avanzó y en los últimos años apenas se abrieron algunas calles. La principal razón: sólo se destina el 3% del Presupuesto porteño en función de la vivienda.
Además, se negó explícitamente a urbanizar la villa Rodrigo Bueno, pese a que el Cuarto Juzgado Contencioso de la Ciudad, en un fallo firmado por la jueza Elena Liberatori de Aramburu, intimó al gobierno de la ciudad a urbanizar ese asentamiento ubicado en el barrio de Puerto Madero.
En ese marco, el jefe de gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta, sostuvo que «es un disparate» y argumentó, falazmente, que «es muy a la ligera esto de convalidar a gente que tomó un lugar hace unos años y ahora hay que darle la propiedad de la tierra». Cabe destacar que, según el fallo, el asentamiento en la «Rodrigo Bueno» comenzó en 1986, con lo cual es falso que esa «gente» tomó el lugar hace «unos años».
Si está fue la impronta que aplicó el jefe de Gobierno porteño durante toda su gestión, ¿por qué habría de aplicar otra diferente a nivel país?
Para completar el diagnóstico cabe recordar que el candidato presidencial del «cambio» también vetó una ley que buscaba informar sobre la gestión del Instituto de la Vivienda y otra que prorrogaba la emergencia habitacional de la Ciudad, habilitando así el desalojo de familias de bajos recursos que ocuparan edificios del Estado porteño.
Además, Mauricio, está procesado por las prácticas de la UCEP, donde le pegaban a cualquier persona en situación de calle, incluyendo a mujeres embarazadas, pibes, pibas, abuelos y abuelas. Para erradicar este «flagelo» las levantaban y las «tiraban» en la provincia donde no molestaran a la clase acomodada que mayormente residen en el ámbito de la Ciudad.
Como «modus operandi», el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires subejecutó todas las partidas presupuestarias en materia de vivienda. Hizo caer la ejecución de un 86,88% en 2007 de lo asignado en el presupuesto a un 67,36% en 2008; 45,91% en 2009 y un magro 18,89% en el momento en que ocurrió en 2010 el conflicto por la ocupación del Parque Indoamericano. Algunos programas, como “Mejor Vivir” y “Vivienda porteña”, llevan un récord de cero pesos ejecutados. En el de “rehabilitación de conjuntos urbanos” utilizaron 4,9 millones de los 123 que hay en el área. Es el 3,9 por ciento del total.
Lo cierto es que cuando lo escuchamos a Mauricio Macri hablar de tierra, vivienda y hábitat, uno no puede más que sentir que se nos está cagando de risa en la cara. Las promesas de campaña que viene haciendo no puede sostenerlas con su gestión, que fue según consignan muchos, Endeudamiento, subejecución de presupuesto y contrataciones ilegales.