Alejandro Vanoli reveló ayer que viajará el 8 de octubre a Lima para cerrar la negociación para una renovación del «swap» de monedas con China para reforzar las reservas. La noticia la dio el embajador de ese país, Yang Wanming, en el cóctel que ofreció ayer por los 66 años de la fundación de la República de China que alcanzó una concurrencia notable en fiestas diplomáticas. El embajador, a quien acompañaron en el acto el titular del Central, Ricardo Echegaray y el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, como las máximas autoridades del Gobierno, reveló que el tema fue conversado el domingo por Cristina de Kirchner y el presidente de su país, Xi Jinping, en Nueva York.
Agregó, en diálogo con la prensa, que el monto del compromiso firmado por el país con China está casi agotado y que en la reunión de gobernadores de FMI y del Banco Mundial que se realizará en Perú la semana que viene se definirá el nuevo monto de la renovación. «La Argentina ha manifestado interés en la renovación», señaló el diplomático, y que funcionarios de su país tienen el tema en estudio. El tono con que se expresó era de optimismo, con lo cual dio casi por acordada esa renovación, que debe ser aprobada después por el directorio del Banco Central. La reunión de Valoni en Lima será con el segundo del Banco Central de China.
Vanoli se retiró del cóctel cuyos asistentes llenaron el salón Retiro del hotel Sheraton sin manifestar nada al respecto como si le hubiera dado al embajador la vocería del acuerdo. A la misma hora había otra celebración diplomática, el día nacional de Arabia Saudita, que obligó a muchos invitados a desdoblar la agenda. Los que permanecieron aprovecharon el apabullante menú de delicias chinas que ofreció el anfitrión, que animó la cita con un concierto de cítara y algunas canciones entonadas por una cantante.
Nadie quiere perderse en estos días nada de China; eso hizo coincidir a políticos del Gobierno, como los funcionarios mencionados y otros como la secretaria María del Carmen Alarcón (enlace del país con China para todo lo que no sean trenes, centrales nucleares y finanzas ¿queda algo? Sí, alimentos, aclaró) y el senador Juan Manuel Abal Medina, con referentes de la oposición como el canciller de Mauricio Macri, Fulvio Pompeo, el asesor Diego Guelar, que sumó además a la lista de exembajadores en Estados Unidos con José Octavio Bordón. Interactuaron con una miríada de empresarios, muchos de ellos emblemáticos en su relación con China, como Alejandro Bulgheroni, Carlos Spadone y ejecutivos del ICBC, banco auspiciante de la fiesta de acuerdo con la cartelería que ornaba el salón, o la cúpula de Nidera, firma de origen argentino-holandés, pero que tiene hoy un 51% de las acciones en manos de un holding estatal de empresas chinas.
La animación electoral corrió por cuenta de algunos delegados del sciolismo reclamados por los corrillos que se turnaban para interrogarlo. Mario Blejer fue claro, su militancia cerca del gobernador no es una leyenda periodística: «Sí, estoy trabajando con Daniel», repitió a quien se lo preguntase. Estiró su presencia hasta el final, cuando grupos de invitados aprovechaban los langostinos, salmones y agridulces que yacían sobre las islas de servicios que los camareros renovaron hasta que se fueron todos.
El otro sciolista que fue reclamado como pocos de los presentes fue el canciller de bolsillo de Scioli, Rafael Follonier, quien confirmó que el 8 de octubre, el mismo día cuando Vanoli estará en Lima, vendrá al país Rafael Correa para participar de dos actos de campaña con el candidato del oficialismo. Escuchaba de cerca el funcionario radical de la Legislatura Pablo Garzonio, depredador de bandejas, que es el responsable de las invitaciones a otro acto de ese mismo día, la inauguración del monumento a Juan Perón frente al Correo Central, emprendimiento que ha tomado como propio el macrista Cristian Ritondo. Correa figura entre los invitados como peronista que se dice y si quiere honrar al General debería desdoblarse para cumplir con todos.
Lo llamaron a Follonier «futuro canciller de Scioli», pero aclaró: el canciller va a ser el mismo Scioli porque él se va aencargar de las relaciones internacionales, más allá del estilo que aplican otros mandatarios en la llamada «diplomacia presidencial». No le puso fecha al viaje del candidato a Montevideo para entrevistarse con Tabaré Vázquez, pero dijo que Pepe Mujica vendrá después de Correa a participar en otros dos actos de campaña del FpV.
Explicó que los avatares de la campaña le hicieron suspender a Scioli viajes a India, Rusia y China que ya tenía armados para antes del 25 de octubre. Las prioridades de la agenda externa, agregó, son la región y la Unión Europea, con la cual el Mercosur, dijo, debe firmar el acuerdo de libre comercio antes que esa liga de países lo haga con Estados Unidos. «Si lo dejamos para después, estaremos condicionados». La otra prioridad es Europa, continente que, dijo, no creen en el sciolismo que esté en crisis terminal.
Entre diplomáticos y empresarios hubo mucha imaginación para especular sobre elecciones, pero la cautela terminó cerrando las bocas. Guelar, macrista, apostó a que «le toca a Macri». Los sciolistas, entre quienes hay que sumar a otros bastoneros del oficialismo como el senador Rodolfo Urtubey o el intendente de Areco Francisco Durañona -quien llegó con un asistente que portaba un inmenso cuadro envuelto como para regalo- descuentan que su jefe ganará en primera vuelta. Alarcón, santafesina y con puesto en la Jefatura de Gabinete, apostó a que su jefe Aníbal Fernández ganará la gobernación, lo que la hace pensar en el cambio de distrito.
Una peronista suelta como Laura Velásquez, que custodia una agenda diplomática desde su fundación, repartía noticias sobre la llegada de observadores de toda la región para las elecciones del 25 de octubre. Tiene además funciones en la Cancillería y aplica sus saberes para organizar viajes y seminarios siempre con pasajes y viáticos.
El retablo fue notable para esta altura del año por la concurrencia, que siguieron como tomando notas delegados del exterior como los embajadores de Estados Unidos, Noah Mamet, de Alemania Bernhard Graf von Waldersee, y de Gran Bretaña John Freeman, que partieron casi juntos para cumplir también con los sauditas y tomar fuerza para el otro sarao de la jornada, a la noche, que fue la cena del CARI.