El Papa Francisco visitó Cuba en el marco de la «normalización de las relaciones» entre Estados Unidos y la Isla. Su paso por el país caribeño dejó varias postales y una serie de momentos que quedarán en la historia. Como el encuentro que mantuvo el último domingo con el ex presidente cubano Fidel Castro.
La reunión se produjo luego de que el Sumo Pontífice diera una misa multitudinaria en la Plaza de la Revolución de La Habana. La reunión entre Fidel y Francisco duró 56 minutos y al Papa se le obsequió una gran cruz de madera y un cuadro de parte del presidente cubano Raúl Castro. El histórico líder de la revolución cubana, Fidel, recibió a Francisco en su casa junto a su esposa, hijos y nietos. El Papa, según detallaron, llevó seis libros sobre diferentes temas referidos a la religión, mientras que Fidel le obsequió al sumo pontífice el libro de Frei Betto, «Fidel y la religión».
Durante la misa que Francisco celebró en La Habana, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner estuvo presente. La mandataria calificó como «emotiva y shockeante» la histórica misa y afirmó que «era como que el Che miraba al papa, que estaba a su izquierda». Dijo, además, que le «encantó» la alusión que hizo Francisco «a la paz en el territorio colombiano» y destacó que «Cuba está desempeñando un rol muy importante en ese acercamiento» entre el gobierno de Colombia y las FARC.
Otro momento clave de la visita del Papa a Cuba fue el discurso que brindó ante una multitud de jóvenes en la Catedral de La Habana. Pidió allí «no conventillear» al promover «la cultura del encuentro» y habló, además, a los religiosos a quienes pidió estar cerca del «material de descarte» a quienes «el mundo desprecia», como «los hambrientos, los presos y los enfermos».
El Sumo Pontífice abandonó este mediodía la Isla con destino a EEUU. Fue despedido con una ceremonia en el aeropuerto por el presidente Raúl Castro, quien estuvo presente en las tres ciudades que Francisco visitó en su país-La Habana, Holguín y Santiago de Cuba-. El viaje del Papa, que conectó hoy la ruta aérea que separa Cuba y EEUU, resulta histórico ya que Bergoglio fue una pieza fundamental para que se reanudaran las relaciones diplomáticas entre esos dos países.